12/12/2018, 23:10
Las inamovibles montañas, se reflejaban portentosas en aquellas aguas; reflejo exacto que ha permanecido inalterable durante muchos siglos. Sin embargo, ese día pequeñas ondulaciones deformaban el espejo. Una pequeña canoa perturbaba el paisaje, acompañado del agua revolviéndose por un remo que acompañaba al viento que soplaba entre las cumbres. Dos ojos dorados, escondidos tras un cristal oscuro observaban con parsimonia las cicatrices de las formaciones rocosas. "Pensar que aquí alguna vez existió una aldea..." Pero ahora no quedaba absolutamente nada de ella, nada que pudiera servir de recuerdo al que aferrarse. "...y este fue el hogar de mis antepasados." Tantos años, y tan cercano a la vez.
Una semana antes
—¡Feliz cumpleaños!— Un hombre moreno y de bata blanca le extendió una cajita azul con un listón rojo. —Se que me he tardado un poco en dártelo, pero quería estar seguro de tener un prototipo estable y funcional para poder obsequiarte— Sonrió.
—¿Un poco? ¡Hombre, claro! Solo fueron tres meses—. Respondió socarrón mientras tomaba la cajita. —Pero no importa, te perdono— dijo cinícamente mientras sacudía la cajita cerca de su oreja, tratando de adivinar el contenido.
—Ay este niño. ¿Por qué mejor no lo abres de una vez?—. Se cruzó de brazos.
—Oye, que me lo regalaste, así que puedo hacer con esto lo que quiera— Entrecerró los ojos mientras su padre negaba con la cabeza, aunque finalmente decidió destaparlo.
—¿Y bien?— Alzó la ceja.
—¡WHOOOAAA!— Sus ojos brillaron en demasía y aventó el envoltorio al piso, contemplando las gafas con cristales azul oscuro, las cuales no tardó en ponerse. —Oh cielos, son perfectas, justo lo que necesitaba para mis presentaciones, la gente va amarme, no hay nada más badass que unos lentes oscuros. Aunque, no entiendo porqué tuviste que esperar hasta ahora. ¿No te bastaba ir al distrito comercial a conseguir unas?
—¿Presentaciones? Ahhh niño idiota, que no son anteojos de sol cualquiera, son gafas protectoras con tecnología militar. Los recursos para fabricarlas son costosos así que no puedo producirlas en masa, pero conseguí el permiso para que tuvieras una copia del modelo final—. Resopló orgulloso. —Así de paso cuando las uses me darás un reporte, es mejor testearlas en pruebas de campo.
—Vaya, le has dado un juguete nuevo— La presencia del hombre de vestimentas tradicionales rápidamente cambio el ambiente jovial a uno donde la presión pesaba en el pecho del padre y el hijo. —Ya que te veo con tanta energía, te convendría gastarla. ¿Por qué no haces un viaje al País del Rayo? Necesitas aprender como gestionar el gasto de chakra, te fatigas cuando te sobre esfuerzas. No te has visto en la necesidad de realizar acciones por tiempo prolongado, pero mejor vamos corrigiendo ese punto antes de que sea tarde. En una batalla real no serías más que un inútil. Además, es la tierra de donde proviene nuestro clan. Deberías tener más en mente las tradiciones de la familia, nunca olvides que llevas ese símbolo en la espalda.
—¿A QUIÉN LLAMASTE INÚTIL? Escucha viejo, te voy a demostrar quién es el inútil en esta casa—. Se colocó las gun'yo megane y se dispuso a salir de la habitación. —Que conste que voy porque quería tomarme unas vacaciones de mis vacaciones, no porque lo digas—. Y tras decir eso, la puerta se cerró abruptamente tras de sí.
—¿Crees que este bien? Mandarlo tan lejos sólo le hará perder más tiempo del que ya ha desperdiciado estos meses.
—Al contrario, hijo. Le hace falta.
De vuelta a la actualidad
—Gasto de chakra ñeñe, nuestro clan ñeñe, tradiciones ñeñe— El recuerdo le hizo refunfuñar mientras llegaba a una orilla donde la pendiente no estaba tan empinada y creía que podría detenerse para pisar tierra firme.
La embarcación se quedó en el borde, esperando el regreso de su tripulante en las serenas aguas del lugar. Entre tanto, el Yotsuki consultaba su mapa, aunque este no detallaba con precisión su ubicación por lo que se limitó a suspirar. "Sería desastroso perderme por aquí, mejor no me alejo demasiado del afluente de agua." Avanzó entre las montañas, pensando en las palabras de su abuelo. "Ah maldita sea el viejo tiene razón, pero no debo dejar que él lo sepa." El orgullo siempre por delante. "Aquí si puedo practicar a gusto sin miedo a que me regañen por romper algo, además que debo probar algo." Llevaba algún tiempo ideando una nueva técnica secreta. "Este sitio es ideal." El terreno era sólido, se encontraba en medio de dos grandes formaciones rocosas y parecía ser bastante duro. "¡Nada que no pueda manejar!" Concentró una fuerta cantidad de chakra en una de sus extremidades inferiores, y aun cuando creía que nadie estaba ahí para escucharle, gritó a todo pulmón.
¡STOMP THUNDER BULLDOZER!
Un sonido de explosión, el cual el eco de las montañas se encargo de volver más sonoro y estruendoso respecto a la verdadera destrucción que causaba. Un agujero, rodeado por algunas grietas. Ejecución casi perfecta, de no ser porque de inmediato el de cabellos tricolor sintiose mareado. "Demasiado chakra..." Su pie trastabilló al quedar dentro del agujero y cayó de espaldas. No hizo esfuerzo en evitar la caída, porque la verdad quería recostarse y descansar. "Mierda, esto no funciona así." Observó las nubes blancas, las cuales apenas dejaban ver parches azulados de lo que debería ser el cielo. "Mis ancestros se reirían si me viesen."