18/12/2018, 22:06
La cabellera oscura de brillos cobrizos de la chica giró de nuevo. La chica buscaba con su mirada, tímida y escasa, el rostro del Inuzuka. De nuevo habló, temblorosa y casi sin atinar dos silabas seguidas. Pero por suerte, pareció pillar un poco de ritmo entre titubeos, lo cuál hizo algo mas fácil de entender lo que quería decir.
O no.
«¿Tan solo era tímida? no parece una loca con ganas de sangre, aunque no pare de mirar su espada...»
Observó el gesto de su can, y tras ello Etsu volvió la mirada sobre la kunoichi. Por lo que había podido entender, se estaba disculpando por no haberle visto, e interrumpido como consecuencia. A esperas de una posible respuesta del joven o de su huskie, la joven no paraba de hacer disimuladas muecas. Los nervios le estaban jugando sin duda una mala pasada, o simplemente era rara como ella sola.
Fuese como fuese, Etsu terminó riendo.
—No pasa nada... jajajaja.
»Por cierto, mi nombre es Inuzuka Etsu, y no muerdo. —A todo ésto, hizo un gesto para presentar a su hermano —y éste es Inuzuka Akane, y no para de hablar.
Akane no pudo evitar una mueca de confusión mirando al rastas, pues era todo lo contrario. Etsu no paraba de hablar, aunque no le hiciesen caso, aunque estuviese ahogándose, aunque hubiese de por medio una elevada apuesta, aunque la vida le pendiese en ello; mientras que era Akane quien normalmente no mordía.
¿Entendería la chica el juego de palabras?
O no.
«¿Tan solo era tímida? no parece una loca con ganas de sangre, aunque no pare de mirar su espada...»
Observó el gesto de su can, y tras ello Etsu volvió la mirada sobre la kunoichi. Por lo que había podido entender, se estaba disculpando por no haberle visto, e interrumpido como consecuencia. A esperas de una posible respuesta del joven o de su huskie, la joven no paraba de hacer disimuladas muecas. Los nervios le estaban jugando sin duda una mala pasada, o simplemente era rara como ella sola.
Fuese como fuese, Etsu terminó riendo.
—No pasa nada... jajajaja.
»Por cierto, mi nombre es Inuzuka Etsu, y no muerdo. —A todo ésto, hizo un gesto para presentar a su hermano —y éste es Inuzuka Akane, y no para de hablar.
Akane no pudo evitar una mueca de confusión mirando al rastas, pues era todo lo contrario. Etsu no paraba de hablar, aunque no le hiciesen caso, aunque estuviese ahogándose, aunque hubiese de por medio una elevada apuesta, aunque la vida le pendiese en ello; mientras que era Akane quien normalmente no mordía.
¿Entendería la chica el juego de palabras?
~ No muerdas lo que no piensas comerte ~