21/12/2018, 19:25
—No, pero Ayame es una ninja de Amegakure en pleno derecho —reclamó Daruu, con orgullo acumulado—. Y lo que hizo en el lago es un acto heroico. Hay que reconocérselo. No se dejó derrumbar. No se dejó controlar. Nos salvó la vida. Qué mejor forma de agradecérselo que cuidar de ella de ahora en adelante.
Pero Kōri frunció los labios. Él también estaba orgulloso de su hermana, claro que lo estaba. Pero las circunstancias en las que se encontraban no eran las más favorables precisamente. Y a ese orgullo le estaba sobreviniendo la preocupación con cada minuto que pasaban encerrados allí dentro. Como ratas escondidas.
—No sé qué opinará Yui-sama al respecto —replicó, con gélida sinceridad—. Ni siquiera sabemos si conseguirán devolverla a la normalidad y aunque lo consiguieran, aún tenemos que comprobar en qué estado regresa.
Junto a él, Daruu suspiró, y dirigió una preocupada mirada al cristal traslúcido de la Pastelería de Kiroe-chan.
—¿Cómo les estará yendo...?
Kōri giró el cuello y siguió la dirección de su mirada. Y un escalofrío recorrió su espalda cuando vio los cristales traslúcidos de la Pastelería de Kiroe-chan completamente impolutos.
«No llueve.»
—Todavía no he recibido comunicación alguna, tendremos que seguir esperando.
Lo que daría por poseer alguna técnica que les permitiera ver a distancia...
—¿Daruu-kun, es cierto eso de que envió una carta a Uzushiogakure?
Pero Kōri frunció los labios. Él también estaba orgulloso de su hermana, claro que lo estaba. Pero las circunstancias en las que se encontraban no eran las más favorables precisamente. Y a ese orgullo le estaba sobreviniendo la preocupación con cada minuto que pasaban encerrados allí dentro. Como ratas escondidas.
—No sé qué opinará Yui-sama al respecto —replicó, con gélida sinceridad—. Ni siquiera sabemos si conseguirán devolverla a la normalidad y aunque lo consiguieran, aún tenemos que comprobar en qué estado regresa.
Junto a él, Daruu suspiró, y dirigió una preocupada mirada al cristal traslúcido de la Pastelería de Kiroe-chan.
—¿Cómo les estará yendo...?
Kōri giró el cuello y siguió la dirección de su mirada. Y un escalofrío recorrió su espalda cuando vio los cristales traslúcidos de la Pastelería de Kiroe-chan completamente impolutos.
«No llueve.»
—Todavía no he recibido comunicación alguna, tendremos que seguir esperando.
Lo que daría por poseer alguna técnica que les permitiera ver a distancia...
—¿Daruu-kun, es cierto eso de que envió una carta a Uzushiogakure?