30/12/2018, 20:53
—Oh, sí. Muy bien. Y más te vale que ésta acabe mejor, tienes que estar a la altura de los otros Riko del mundo —dijo, levantándose de un sopetón—. ¡bien, pulgosos! ¡¿estáis listos?!
Estaban listos. Pero no parecían estar contentos con que les siguieran llamando pulgosos.
—Acabemos con esta pesadilla de una vez por todas.
Así pues, el ejército empezó a marchar hacia la morada de Kaguya Jinmaro.
Glup, glup, glup tan sólo se oía un leve goteo, proveniente de una caña. Tras de ésta, parecía haber una especie de pendiente de tierra que llevaba a un oscuro agujero, el cuál daba toda la sensación de ser el camino directo al purgatorio. La entrada estaba completamente sola, aunque los ninja habían tomado todas las precauciones como para que nada que pudiera salir se les escapara. El flanco izquierdo estaba ocupado por Yaban. Ikari y Riko ocupaban el derecho, con una separación entre punto y punto de al menos diez metros.
Kaido tomó la vanguardia, acompañado por el olfado de Sombra.
—¿Hueles algo, In'eimaru? —le susurró. El chucho asintió con el hocico—. bien, guíanos con el rastro.
El tiburón alzó la mano y gesticuló con la misma para que le siguieran. La entrada estaba libre.
Estaban listos. Pero no parecían estar contentos con que les siguieran llamando pulgosos.
—Acabemos con esta pesadilla de una vez por todas.
Así pues, el ejército empezó a marchar hacia la morada de Kaguya Jinmaro.
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Glup, glup, glup tan sólo se oía un leve goteo, proveniente de una caña. Tras de ésta, parecía haber una especie de pendiente de tierra que llevaba a un oscuro agujero, el cuál daba toda la sensación de ser el camino directo al purgatorio. La entrada estaba completamente sola, aunque los ninja habían tomado todas las precauciones como para que nada que pudiera salir se les escapara. El flanco izquierdo estaba ocupado por Yaban. Ikari y Riko ocupaban el derecho, con una separación entre punto y punto de al menos diez metros.
Kaido tomó la vanguardia, acompañado por el olfado de Sombra.
—¿Hueles algo, In'eimaru? —le susurró. El chucho asintió con el hocico—. bien, guíanos con el rastro.
El tiburón alzó la mano y gesticuló con la misma para que le siguieran. La entrada estaba libre.