30/12/2018, 21:12
No hizo falta que la mujer asintiera para delatar su nerviosismo. Es que tenía tantas cosas en juego. Su propia vida. La de su padre. La de sus hermanos. La de cada uno de los miembros de su pequeña aunque descarriada Tribu. Era demasiada apuesta sobre la mesa.
Y la posibilidad de perder todo aquella noche era ... era ...
—Cállate, enano. No es asunto tuyo.
El interior de la caverna, finalizadas las escaleras, yacía levemente iluminado por fogones de madera colgadas al trecho. El túnel y sus paredes parecía improvisado, hecho con alguna técnica de Doton, seguramente. El camino era estrecho y conducía por todo un frente recto que se alargó unos diez metros en descenso.
La calidez de la fría noche en el exterior parecía convertirse con cada paso en un lejano recuerdo. Ahí abajo, el calor era absurdo. El escualo alzó la mano otra vez, deteniéndose en seco. Ahora frente a ellos habían dos caminos. Izquierda y derecha. La incertidumbre le agobio de pronto, como era de esperarse. ¿Qué iban a hacer? ¿separarse, o continuar todos juntos?
Sombra gruñó en su idioma. Ikari alzó levemente la voz.
—El olor le es familiar. Pero hay otros dos aromas que se bifurcan en el lado izquierdo y que no le dejan identificar la esencia que conoce de Jinmaro.
Y la posibilidad de perder todo aquella noche era ... era ...
—Cállate, enano. No es asunto tuyo.
El interior de la caverna, finalizadas las escaleras, yacía levemente iluminado por fogones de madera colgadas al trecho. El túnel y sus paredes parecía improvisado, hecho con alguna técnica de Doton, seguramente. El camino era estrecho y conducía por todo un frente recto que se alargó unos diez metros en descenso.
La calidez de la fría noche en el exterior parecía convertirse con cada paso en un lejano recuerdo. Ahí abajo, el calor era absurdo. El escualo alzó la mano otra vez, deteniéndose en seco. Ahora frente a ellos habían dos caminos. Izquierda y derecha. La incertidumbre le agobio de pronto, como era de esperarse. ¿Qué iban a hacer? ¿separarse, o continuar todos juntos?
Sombra gruñó en su idioma. Ikari alzó levemente la voz.
—El olor le es familiar. Pero hay otros dos aromas que se bifurcan en el lado izquierdo y que no le dejan identificar la esencia que conoce de Jinmaro.