30/12/2018, 23:38
—¡Oh, Kaguya! un gran clan el que llevamos en la sangre, ¿verdad? —alegó con sorna—. los maestros de los huesos. Qué irónico. Muy irónico, sí.
¿Qué por qué todo aquello?
—¿Te imaginas lo decepcionante que resulta para un Kaguya, nacer con una enfermedad ósea? ¿que tu organismo no absorbiese los nutrientes del calcio, que bebías del seno de tu madre? ¿que no fueras capaz de mover un brazo sin llorar a cántaros por el dolor de tu cuerpo de cristal, con la certeza de que acabarás sí o sí postrado en una cama por el resto de tus días?
»Por eso. ¡Para acabar con esa vergüenza, desde luego! para librarme de una maldición inhumana y desmedida de un algún Dios despiadado. Por eso, Kaguya Riko. ¿No crees que es una causa justa?
¿Qué por qué todo aquello?
—¿Te imaginas lo decepcionante que resulta para un Kaguya, nacer con una enfermedad ósea? ¿que tu organismo no absorbiese los nutrientes del calcio, que bebías del seno de tu madre? ¿que no fueras capaz de mover un brazo sin llorar a cántaros por el dolor de tu cuerpo de cristal, con la certeza de que acabarás sí o sí postrado en una cama por el resto de tus días?
»Por eso. ¡Para acabar con esa vergüenza, desde luego! para librarme de una maldición inhumana y desmedida de un algún Dios despiadado. Por eso, Kaguya Riko. ¿No crees que es una causa justa?