1/01/2019, 21:28
El chico peliazul parecía darse mucha importancia. No solo supuso que los nervios de Ranko se debían a ver su genialidad, sino que se presentó dando un giro y adoptando una pose, como si fuese una famosa estrella de música estrafalaria y ruidosa.
Ranko tragó saliva y miró al chico, llamado Rōga. Después de varios eternos segundos en silencio, la chica bajó al fin su mano. El alta autoestima y confianza del joven se le hacían encantadores, y casi se le escapa una risita. Mas al mismo tiempo, el peliazul proyectaba sobre ella una sombra de carisma que la intimidaba.
—La —soltó sin querer. Luego tosió repetidamente, intentando ocultar su falta de destreza social —. Ejem… Ki… Kingu-san. Mucho… mu… mucho gusto.
La kunoichi se enderezó a como pudo, se sacudió la ropa, tosió de nuevo y aspiró profundamente mientras cerraba los ojos.
”Vamos, Ranko. Una reverencia. Lo has hecho mil veces. Vamos, criatura, tú puedes…”
Se inclinó casi noventa grados y se quedó quieta varios segundos, como si hubiese olvidado su nombre.
—Mi-mi-mi nombre… Esto… Minombreessagisōranko
”¡Agh! ¡Casi! Una vez más. Esta vez más lento” se regañó mentalmente.
—Sagisō —repitió, irguiéndose lentamente y luchando contra su pena por verlo a los ojos como una persona normal —Ranko. Sagisō Ranko. Ése… Ése es mi no-nombre. Un gusto.
Al notar en su cuello una bandana ninja con líneas verticales, bajó de repente la mirada. Algo de emoción surcó su cuerpo. ”¡Es un shinobi de Amegakure! ¿Habrá entrenado mucho? ¿Será fuerte? ¿Será… peligroso?”
Comenzó a juguetear la shakuhachi con sus dedos. Se puso en un poco más de alerta, esperando alguna acción repentina por parte del amejin. Esperaba, de hecho, que él atacara o la amenazara, pues al estar en una situación de combate lograba enfocarse más fácilmente. Si Rōga decidía sacarle plática, sería definitivamente más seguro, a la vez que mortificante para Ranko, al menos al inicio.
Ranko tragó saliva y miró al chico, llamado Rōga. Después de varios eternos segundos en silencio, la chica bajó al fin su mano. El alta autoestima y confianza del joven se le hacían encantadores, y casi se le escapa una risita. Mas al mismo tiempo, el peliazul proyectaba sobre ella una sombra de carisma que la intimidaba.
—La —soltó sin querer. Luego tosió repetidamente, intentando ocultar su falta de destreza social —. Ejem… Ki… Kingu-san. Mucho… mu… mucho gusto.
La kunoichi se enderezó a como pudo, se sacudió la ropa, tosió de nuevo y aspiró profundamente mientras cerraba los ojos.
”Vamos, Ranko. Una reverencia. Lo has hecho mil veces. Vamos, criatura, tú puedes…”
Se inclinó casi noventa grados y se quedó quieta varios segundos, como si hubiese olvidado su nombre.
—Mi-mi-mi nombre… Esto… Minombreessagisōranko
”¡Agh! ¡Casi! Una vez más. Esta vez más lento” se regañó mentalmente.
—Sagisō —repitió, irguiéndose lentamente y luchando contra su pena por verlo a los ojos como una persona normal —Ranko. Sagisō Ranko. Ése… Ése es mi no-nombre. Un gusto.
Al notar en su cuello una bandana ninja con líneas verticales, bajó de repente la mirada. Algo de emoción surcó su cuerpo. ”¡Es un shinobi de Amegakure! ¿Habrá entrenado mucho? ¿Será fuerte? ¿Será… peligroso?”
Comenzó a juguetear la shakuhachi con sus dedos. Se puso en un poco más de alerta, esperando alguna acción repentina por parte del amejin. Esperaba, de hecho, que él atacara o la amenazara, pues al estar en una situación de combate lograba enfocarse más fácilmente. Si Rōga decidía sacarle plática, sería definitivamente más seguro, a la vez que mortificante para Ranko, al menos al inicio.
Pensamientos (Plum) ✧ Diálogos (PaleVioletRed)