2/01/2019, 22:56
Su ceja se alzó repentinamente ante la pronunciación de su apellido. Daigo también tuvo problemas de dicción pero no le dió importancia, aunque cuando se trataba de su apellido encontraba eso algo chirriante. "Que mal suena así, es muy malo para la publicidad" Observaba a la muchacha que aparentemente estaba aquejada por repentinos ataques de tos y tartamudeaba al hablar. "Cara roja y tos, si eso no es estar enfermo no se que es." Uso la diestra para deslizar sus gafas y que sus ojos dorados se posaran fijamente en la muchacha.
—Mejor llámame sólo Rōga, por ahora. Luego vas a necesitar unos cursos intensivos de dicción. Tendrás el privilegio de recibir una clase privada de mi persona sobre como hablar con estilo y quién sabe, quizás a futuro seas la fundadora de mi séquito de fans— Se relamió ante aquella magnifica idea.
La chica hizo lo propio para presentarse, aunque se mostraba indecisa al hacerlo.
—Mi-mi-mi nombre… Esto… Minombreessagisōranko
—¡Bájale niña que te vas a morder la lengua así!— Alzó las manos, sin saber exacatmente porque, pero no sabía cómo actuar ante aquella reverencia tan rígida cómo una escuadra de plástico.
—Sagisō —repitió, irguiéndose lentamente y luchando contra su pena por verlo a los ojos como una persona normal —Ranko. Sagisō Ranko. Ése… Ése es mi no-nombre. Un gusto.
—Va. Eso está mejor— Nuevamente se cruzó de brazos. —Con que Sagisō de Kusa— Clavo nuevamente sus ojos en ella, aunque la kunoichi desvió la mirada hacia abajo mientras jugueteaba con la flauta en sus manos.
"Pero que rarita" Físicamente no había mucho que destacar, salvo su altura. De hecho, sin aquella característica probablemente seria muy fácil pasarla por alto. Sin embargo, algo mas captó la atención del muchacho, y es que pese a que los brazos de la joven estaban definidos, las piernas lo estaban aún más. "Eso no se consigue de la noche a la mañana, se le nota que entrena." No lo dudó y se agachó apoyando una rodilla al suelo, mientras sostenía su codo en la otra pierna, colocando el mentón un la palma de su mano mientras sus ojos se deslizaban desde sus pantorrillas hasta el muslo.
—¡Qué buen camote tenemos aquí!— La elogió como solo él podía. —Aunque no es sólo de sacarle carne, por lo que imagino que has de saber dar con la canilla— Sonrió confianzudo mostrando toda la dentadura a al vez que alzó y bajó las cejas rápidamente tres veces.
—Mejor llámame sólo Rōga, por ahora. Luego vas a necesitar unos cursos intensivos de dicción. Tendrás el privilegio de recibir una clase privada de mi persona sobre como hablar con estilo y quién sabe, quizás a futuro seas la fundadora de mi séquito de fans— Se relamió ante aquella magnifica idea.
La chica hizo lo propio para presentarse, aunque se mostraba indecisa al hacerlo.
—Mi-mi-mi nombre… Esto… Minombreessagisōranko
—¡Bájale niña que te vas a morder la lengua así!— Alzó las manos, sin saber exacatmente porque, pero no sabía cómo actuar ante aquella reverencia tan rígida cómo una escuadra de plástico.
—Sagisō —repitió, irguiéndose lentamente y luchando contra su pena por verlo a los ojos como una persona normal —Ranko. Sagisō Ranko. Ése… Ése es mi no-nombre. Un gusto.
—Va. Eso está mejor— Nuevamente se cruzó de brazos. —Con que Sagisō de Kusa— Clavo nuevamente sus ojos en ella, aunque la kunoichi desvió la mirada hacia abajo mientras jugueteaba con la flauta en sus manos.
"Pero que rarita" Físicamente no había mucho que destacar, salvo su altura. De hecho, sin aquella característica probablemente seria muy fácil pasarla por alto. Sin embargo, algo mas captó la atención del muchacho, y es que pese a que los brazos de la joven estaban definidos, las piernas lo estaban aún más. "Eso no se consigue de la noche a la mañana, se le nota que entrena." No lo dudó y se agachó apoyando una rodilla al suelo, mientras sostenía su codo en la otra pierna, colocando el mentón un la palma de su mano mientras sus ojos se deslizaban desde sus pantorrillas hasta el muslo.
—¡Qué buen camote tenemos aquí!— La elogió como solo él podía. —Aunque no es sólo de sacarle carne, por lo que imagino que has de saber dar con la canilla— Sonrió confianzudo mostrando toda la dentadura a al vez que alzó y bajó las cejas rápidamente tres veces.