5/01/2019, 00:17
—¿Kori-sensei, crees que sólo quiere liberarlos? El Gobi dijo que le hizo algún tipo de oferta —señaló Daruu—. Eso sólo puede significar que tenía algún tipo de plan. No es muy halague...
La puerta del local se abrió. Kiroe entró, rápida y firme, con cara de pocos amigos. Se quedó allí plantada, de brazos cruzados. Daruu arrastró la silla y se levantó como un resorte.
»¿Y bien? —preguntó.
—Nos cayó una buena bronca, pero no ha pasado nada —dijo Kiroe—. Eso sí, el sellado parece difícil de revertir. Les llevará tiempo. Mientras tanto, Ayame y Kokuo deben permanecer en el calabozo.
Daruu agachó la mirada y apretó los dientes, con rabia.
—Es... es normal —aceptó, sin embargo, y volvió a sentarse—. ¿Y Zetsuo?
—Venía detrás de mí, estará al llegar.
La puerta del local se abrió. Kiroe entró, rápida y firme, con cara de pocos amigos. Se quedó allí plantada, de brazos cruzados. Daruu arrastró la silla y se levantó como un resorte.
»¿Y bien? —preguntó.
—Nos cayó una buena bronca, pero no ha pasado nada —dijo Kiroe—. Eso sí, el sellado parece difícil de revertir. Les llevará tiempo. Mientras tanto, Ayame y Kokuo deben permanecer en el calabozo.
Daruu agachó la mirada y apretó los dientes, con rabia.
—Es... es normal —aceptó, sin embargo, y volvió a sentarse—. ¿Y Zetsuo?
—Venía detrás de mí, estará al llegar.