5/01/2019, 03:46
«Gracias, gracias, ¡gracias!»
—¿A Datsue…? —¿Qué le querían a él? Para venderle el cuento de primera mano, ¿no? Y ante la presión de toda la Villa, por si acaso—. Vale. ¡En seguida!
Y del mismo modo que el ANBU se dio la vuelta, Eri hizo lo propio. Cumpliendo las órdenes, por supuesto. Su clon iba a tener que cambiar de plan. Estando como estaban las cosas, su máxima prioridad tendría que ser comprarle más tiempo.
Deshizo el poco camino que había recorrido y corrió hasta su piso escalando por la pared con la ayuda del chakra. Localizó su ventana, llamó al cristal con los nudillos, y llamó:
—¡Datsue, soy yo! —Silencio. Miró arriba y abajo para asegurarse de que no había nadie cerca—. Quiero decir, que soy tú, joder.
La ventana se abrió de una. Eri entró en la habitación y cerró la ventana como un relámpago. Observó con satisfacción cómo todos los documentos de interés estaban hecho añicos en la papelera.
—Cambio de planes, Hanabi está llamando a todos los ninjas para el edificio. Que hubo un atentado, según Katsudon. Y me quieren. O sea, te quieren allí. Un ANBU me lo dijo. —Le comentó de pasada el regalito que le había dejado, por si acaso lo llegaba a necesitar, y la forma de máscara que tenía—. Así que andando y consígueme tiempo.
Ahora que tenía una coartada y una misión, ni de coña se cambiaba de Henge y se arriesgaba a que le mandasen de vuelta al Edificio Uzukage. O a casa. Pisar una cagada era pasable. Pisar dos cagadas distintas era otra cosa.
En aquella ocasión, sin embargo, elegiría los tejados para desplazarse. Directo al embarcadero. Directo a… ¿una nueva vida?
El clon de Datsue llevó la papelera con información comprometida a la bañera y le prendió fuego con una cerilla. Abrió entonces el grifo, asegurándose de taponar la bañera. Así, en unos minutos, el agua terminaría por entrar en la papelera, apagando el fuego y la posibilidad de un incendio, dejando solo cenizas mojadas.
Acto seguido, salió por la ventana abierta, y su silueta fue saltando de tejado en tejado directo al edificio del Uzukage.
A Hanabi.
A su destino.
—¿A Datsue…? —¿Qué le querían a él? Para venderle el cuento de primera mano, ¿no? Y ante la presión de toda la Villa, por si acaso—. Vale. ¡En seguida!
Y del mismo modo que el ANBU se dio la vuelta, Eri hizo lo propio. Cumpliendo las órdenes, por supuesto. Su clon iba a tener que cambiar de plan. Estando como estaban las cosas, su máxima prioridad tendría que ser comprarle más tiempo.
Deshizo el poco camino que había recorrido y corrió hasta su piso escalando por la pared con la ayuda del chakra. Localizó su ventana, llamó al cristal con los nudillos, y llamó:
—¡Datsue, soy yo! —Silencio. Miró arriba y abajo para asegurarse de que no había nadie cerca—. Quiero decir, que soy tú, joder.
La ventana se abrió de una. Eri entró en la habitación y cerró la ventana como un relámpago. Observó con satisfacción cómo todos los documentos de interés estaban hecho añicos en la papelera.
—Cambio de planes, Hanabi está llamando a todos los ninjas para el edificio. Que hubo un atentado, según Katsudon. Y me quieren. O sea, te quieren allí. Un ANBU me lo dijo. —Le comentó de pasada el regalito que le había dejado, por si acaso lo llegaba a necesitar, y la forma de máscara que tenía—. Así que andando y consígueme tiempo.
Ahora que tenía una coartada y una misión, ni de coña se cambiaba de Henge y se arriesgaba a que le mandasen de vuelta al Edificio Uzukage. O a casa. Pisar una cagada era pasable. Pisar dos cagadas distintas era otra cosa.
En aquella ocasión, sin embargo, elegiría los tejados para desplazarse. Directo al embarcadero. Directo a… ¿una nueva vida?
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El clon de Datsue llevó la papelera con información comprometida a la bañera y le prendió fuego con una cerilla. Abrió entonces el grifo, asegurándose de taponar la bañera. Así, en unos minutos, el agua terminaría por entrar en la papelera, apagando el fuego y la posibilidad de un incendio, dejando solo cenizas mojadas.
Acto seguido, salió por la ventana abierta, y su silueta fue saltando de tejado en tejado directo al edificio del Uzukage.
A Hanabi.
A su destino.
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado