5/01/2019, 04:34
«¡Tarde, tarde, TARDE!»
Allí había, por lo menos, ¡una jodida decena de ANBU! Chunins, genins… ¿Cómo cojones iba a pasar en medio de tantos? ¿Con qué excusa mínimamente convincente? Necesitaba una distracción bien gorda, un maldito milagro —algo así como una bijuudama caída del cielo—, si quería pasar entre ellos y subirse a una barca sin llamar la atención.
Fue entonces cuando le oyó:
—¡Sí! ¡Pelo negro, de punta! ¡Podría estar en cualquier parte! ¡Su técnica es muy parecida a la de Akame!
«¿Pelo negro y de punta?» Eso no era para nada la descripción de Yubiwa. ¿Y que además poseía una técnica muy parecida a la de Akame? Pero, ¿de qué cojones estaban…?
«Aaaaamigo». Al escuchar las sucias patrañas de Hanabi, ¡habrían creído que se trataba de un amejin! ¡De Daruu! Por eso estaban buscando en el jodido puerto. ¡No era por los barcos, era porque había sido precisamente allí donde se había teletransportado consigo!
Ahora se arrepentía de haber informado a Hanabi sobre aquello.
«Voy a quedarme con muy poco chakra para mí, pero… Sí, no me queda otra». Parapetado tras el tejado, formó otro Kage Bunshin. Este, en su lugar, realizó un Henge distinto. En alguien quien había creído conocer muy bien. En un compañero de juergas por una noche. En un cabronazo traidor en otra.
En Daruu.
La silueta de Daruu bajó entonces por la parte trasera del edificio, alejándose de este escondido entre las sombras y coberturas que iba encontrando. Intentando no ser visto, como haría el Daruu real. Intentando llegar al puerto, hasta que, tras un pequeño desliz, un momento de descuido, alguien le viese.
«Venga, venga, venga, ¡venga!»
El clon sintió una súbita pérdida de chakra. «No me jodas… ¿Más problemas?» Suficiente tenía con enfrentarse a los que tenía en frente.
—¿Qué ha…? ¿¡Qué ha pasado!? —preguntó, francamente confuso. ¿En serio Hanabi había llegado tan lejos? Destruir su propio edificio… ¿para hacerle creer que la muerte de su Hermano no era responsabilidad suya? ¿O es que acaso...? «¡No te dejes embaucar! ¡No es solo la palabra de un desconocido! ¡Es la de Shukaku! ¡Es imposible que coincidan sin que sea verdad! ¡Imposible!»
Entonces, eso solo significaba una cosa: Hanabi era todavía más retorcido que el propio Zoku. Apretó los puños.
Tenía que controlarse, tenía que controlarse, tenía que controlarse...
Allí había, por lo menos, ¡una jodida decena de ANBU! Chunins, genins… ¿Cómo cojones iba a pasar en medio de tantos? ¿Con qué excusa mínimamente convincente? Necesitaba una distracción bien gorda, un maldito milagro —algo así como una bijuudama caída del cielo—, si quería pasar entre ellos y subirse a una barca sin llamar la atención.
Fue entonces cuando le oyó:
—¡Sí! ¡Pelo negro, de punta! ¡Podría estar en cualquier parte! ¡Su técnica es muy parecida a la de Akame!
«¿Pelo negro y de punta?» Eso no era para nada la descripción de Yubiwa. ¿Y que además poseía una técnica muy parecida a la de Akame? Pero, ¿de qué cojones estaban…?
«Aaaaamigo». Al escuchar las sucias patrañas de Hanabi, ¡habrían creído que se trataba de un amejin! ¡De Daruu! Por eso estaban buscando en el jodido puerto. ¡No era por los barcos, era porque había sido precisamente allí donde se había teletransportado consigo!
Ahora se arrepentía de haber informado a Hanabi sobre aquello.
«Voy a quedarme con muy poco chakra para mí, pero… Sí, no me queda otra». Parapetado tras el tejado, formó otro Kage Bunshin. Este, en su lugar, realizó un Henge distinto. En alguien quien había creído conocer muy bien. En un compañero de juergas por una noche. En un cabronazo traidor en otra.
En Daruu.
La silueta de Daruu bajó entonces por la parte trasera del edificio, alejándose de este escondido entre las sombras y coberturas que iba encontrando. Intentando no ser visto, como haría el Daruu real. Intentando llegar al puerto, hasta que, tras un pequeño desliz, un momento de descuido, alguien le viese.
«Venga, venga, venga, ¡venga!»
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El clon sintió una súbita pérdida de chakra. «No me jodas… ¿Más problemas?» Suficiente tenía con enfrentarse a los que tenía en frente.
—¿Qué ha…? ¿¡Qué ha pasado!? —preguntó, francamente confuso. ¿En serio Hanabi había llegado tan lejos? Destruir su propio edificio… ¿para hacerle creer que la muerte de su Hermano no era responsabilidad suya? ¿O es que acaso...? «¡No te dejes embaucar! ¡No es solo la palabra de un desconocido! ¡Es la de Shukaku! ¡Es imposible que coincidan sin que sea verdad! ¡Imposible!»
Entonces, eso solo significaba una cosa: Hanabi era todavía más retorcido que el propio Zoku. Apretó los puños.
Tenía que controlarse, tenía que controlarse, tenía que controlarse...
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado