5/01/2019, 16:15
Aquel par de shuriken, solitarios, volaron hasta el cuerpo de Jinmaro. De echo, nada evitó que se clavasen en su piel. Pero aquello era un precio nimio que pagar contra el poder deshacerse de aquel amejin, pues a él nadie le había invitado a la fiesta. El Taladro de Hueso perforó entonces la espalda de Kaido en un sólo swing.
Pero Riko tuvo que, quizás, frotarse los ojos; al ver cómo el cuerpo del Tiburón explotaba en litros y litros de agua que se despotricaban en el suelo cual marea insípida. Tanto a él como al otro Kaguya les dio la sensación de que no se trataba de un mísero Mizu Bunshin, sino de algo mucho más avanzado. Algo mucho más único y especial. Algo como...
—¡Hijo de puta! —una voz se alzó junto con la ola de su propio cuerpo. La mitad de un Kaido envolviendo el torso de Jinmaro con sus manos, y parte de su hombro convirtiéndose en una riada de agua que cubriría todo el rostro del Kaguya hasta crear alrededor de éste un globo de agua. Pequeñas burbujas de aire comenzaron a emerger desde el interior. La función de aquella técnica: ahogar al afectado hasta que no quedara ni un puto respiro en sus pulmones. O esa era la intención del gyojin, desde luego. Jinmaro era un tipo fuerte, sin embargo. El forcejeo que hacía con el dorso hacía que para Kaido fuera una tarea ardua y titánica mantener su técnica sin él resbalarse hasta caer al suelo. Cerraba los ojos y apretaba los dientes, intentando mantener la llave sobre su oponente.
¿Qué haría Riko, entonces?
Pero Riko tuvo que, quizás, frotarse los ojos; al ver cómo el cuerpo del Tiburón explotaba en litros y litros de agua que se despotricaban en el suelo cual marea insípida. Tanto a él como al otro Kaguya les dio la sensación de que no se trataba de un mísero Mizu Bunshin, sino de algo mucho más avanzado. Algo mucho más único y especial. Algo como...
—¡Hijo de puta! —una voz se alzó junto con la ola de su propio cuerpo. La mitad de un Kaido envolviendo el torso de Jinmaro con sus manos, y parte de su hombro convirtiéndose en una riada de agua que cubriría todo el rostro del Kaguya hasta crear alrededor de éste un globo de agua. Pequeñas burbujas de aire comenzaron a emerger desde el interior. La función de aquella técnica: ahogar al afectado hasta que no quedara ni un puto respiro en sus pulmones. O esa era la intención del gyojin, desde luego. Jinmaro era un tipo fuerte, sin embargo. El forcejeo que hacía con el dorso hacía que para Kaido fuera una tarea ardua y titánica mantener su técnica sin él resbalarse hasta caer al suelo. Cerraba los ojos y apretaba los dientes, intentando mantener la llave sobre su oponente.
¿Qué haría Riko, entonces?