5/01/2019, 19:39
Los tres genin corrieron, corrieron y corrieron. Algo les decía que tenían que salir de ahí cuanto antes. Unos cuantos metros de laberintos y cruces, y dieron finalmente con el cálido aire del exterior. Kaido se giró, entonces, y miró la entrada a la caverna.
—Hay que enterrarles. Para siempre —dijo, sacándose del portaobjetos una serie de sellos explosivos—. ¿tienes de ésto? la explosión debe ser más fuerte. Jibo, dame los tuyos. ¡Rápido!
—Hay que enterrarles. Para siempre —dijo, sacándose del portaobjetos una serie de sellos explosivos—. ¿tienes de ésto? la explosión debe ser más fuerte. Jibo, dame los tuyos. ¡Rápido!