5/01/2019, 20:59
—¡SADAO!— El de ojos vendados tal vez no pudiese ver el ataque venir, pero eso no me impedía escuchar que se aproximaba.
No necesitó que el avisaran, antes de que los labios empezaran a moverse el ya había saltado fuera del camino, aunque sabía que su colega no iba a ser tan ágil cómo él.
"¡Qué dem-!" Apenas y pudo darse cuenta de lo que ocurría. Debía sacar del camino al gigantón, pero con su tamaño y sus fuerzas apenas e iba a poder lograr salvarse él mismo.
—¡Suiton: Suijinheki!— Apenas y le había dado tiempo a realizar lo sellos para poder escupir agua pa defenderse. Sin embargo, aquel fuego era tan potente que no sólo avanzó por los laterales del cilindro, sino que terminó evaporando el agua e impactando de todas formas al sujeto. —¡AHHHHHHHHH!— Se vio totalmente envuelto por las llamas, aún cuando intentó defenderse. La explosión lo terminó empujando algunos metros más atrás y comenzó a rodar por el dolor. De no haber mitigado parte del impacto, probablemente hubiese terminado muerto.
—La puta que me parió...— Se quedó petrificado al ver a su colega retorciéndose cómo un pez fuera del agua. Era el mejor usuario de ninjutsu entre ellos y aún así Datsue lo había machacado. Había sentido su chakra, pero no es lo mismo sentirlo a distancia que verlo en acción. —Jejjejejejeje...— Río nervioso. —Creí que los tres íbamos a poder con él, pero aún sin la interferencia de los dos mocosos estamos condenados sin un plan.
Por su lado, Rōga apenas pudo jalar un par de metros al grandulón y tirarse al suelo. Si bien la explosión no los alcanzó, al Yotsuki no le parecía la idea de usar una técnica tan potente en una calle tan cerrada.
—¡OYE QUE ESTÁBAMOS AQUÍ!— Se levantó de un salto refunfuñando con el puño en alto y mostrando los dientes. —La verga...— Ladeó la cabeza. Estaba más que claro que el Chunin podría acabar con ellos tres, pero no le hacía la gracia que le quitaran el mérito y la gloria de acabar con esos sujetos.
El jefe de los bandidos abrió la boca; al fin le habían hecho mostrar algo de emoción. De inmediato, sacó un frasco de su bolsillo, el cuál estalló en el suelo liberando un extraño líquido que al contacto con el aire pareció esparcirse cómo polutas brillantes que... ¿olían muy bien? Pronto, el aire se inundó de un aroma similar a un perfume, bastante agradable y relajante.
"Esto obviamente no es bueno."
No necesitó que el avisaran, antes de que los labios empezaran a moverse el ya había saltado fuera del camino, aunque sabía que su colega no iba a ser tan ágil cómo él.
"¡Qué dem-!" Apenas y pudo darse cuenta de lo que ocurría. Debía sacar del camino al gigantón, pero con su tamaño y sus fuerzas apenas e iba a poder lograr salvarse él mismo.
—¡Suiton: Suijinheki!— Apenas y le había dado tiempo a realizar lo sellos para poder escupir agua pa defenderse. Sin embargo, aquel fuego era tan potente que no sólo avanzó por los laterales del cilindro, sino que terminó evaporando el agua e impactando de todas formas al sujeto. —¡AHHHHHHHHH!— Se vio totalmente envuelto por las llamas, aún cuando intentó defenderse. La explosión lo terminó empujando algunos metros más atrás y comenzó a rodar por el dolor. De no haber mitigado parte del impacto, probablemente hubiese terminado muerto.
—La puta que me parió...— Se quedó petrificado al ver a su colega retorciéndose cómo un pez fuera del agua. Era el mejor usuario de ninjutsu entre ellos y aún así Datsue lo había machacado. Había sentido su chakra, pero no es lo mismo sentirlo a distancia que verlo en acción. —Jejjejejejeje...— Río nervioso. —Creí que los tres íbamos a poder con él, pero aún sin la interferencia de los dos mocosos estamos condenados sin un plan.
Por su lado, Rōga apenas pudo jalar un par de metros al grandulón y tirarse al suelo. Si bien la explosión no los alcanzó, al Yotsuki no le parecía la idea de usar una técnica tan potente en una calle tan cerrada.
—¡OYE QUE ESTÁBAMOS AQUÍ!— Se levantó de un salto refunfuñando con el puño en alto y mostrando los dientes. —La verga...— Ladeó la cabeza. Estaba más que claro que el Chunin podría acabar con ellos tres, pero no le hacía la gracia que le quitaran el mérito y la gloria de acabar con esos sujetos.
El jefe de los bandidos abrió la boca; al fin le habían hecho mostrar algo de emoción. De inmediato, sacó un frasco de su bolsillo, el cuál estalló en el suelo liberando un extraño líquido que al contacto con el aire pareció esparcirse cómo polutas brillantes que... ¿olían muy bien? Pronto, el aire se inundó de un aroma similar a un perfume, bastante agradable y relajante.
"Esto obviamente no es bueno."