5/01/2019, 21:18
Maldito inútil le habría querido soltar Kaido. Pero no había tiempo.
Jibo le entregó los sellos y Kaido los repartió equitativamente a lo largo del amplio frente que componía la entrada a la caverna. En el interior, los susurros del enfrentamiento poco a poco se hacían más cercanos, dando la sensación de que ya el destino había elegido su ganador, de aquel enfrentamiento entre bestias.
El escualo se apartó, tomó a Riko del cogote y le arrastró unos cuantos metros hacia el claro del bosque.
¡Booom! una explosión ensordecedora se hizo del lugar. Aquel alarido creó destrucción alrededor de la entrada logrando que grandes porciones de roca empezaran a apilarse, una a una. Una a una...
La figura maltrecha y sanguinolenta de Jinmaro se asomó entonces en lo profundo. Comenzó a correr, con todas sus fuerzas. Una roca, un paso. Una roca, un paso.
Una roca...
Kaido se tiró al suelo.
—Joder...
Jibo le entregó los sellos y Kaido los repartió equitativamente a lo largo del amplio frente que componía la entrada a la caverna. En el interior, los susurros del enfrentamiento poco a poco se hacían más cercanos, dando la sensación de que ya el destino había elegido su ganador, de aquel enfrentamiento entre bestias.
El escualo se apartó, tomó a Riko del cogote y le arrastró unos cuantos metros hacia el claro del bosque.
¡Booom! una explosión ensordecedora se hizo del lugar. Aquel alarido creó destrucción alrededor de la entrada logrando que grandes porciones de roca empezaran a apilarse, una a una. Una a una...
La figura maltrecha y sanguinolenta de Jinmaro se asomó entonces en lo profundo. Comenzó a correr, con todas sus fuerzas. Una roca, un paso. Una roca, un paso.
Una roca...
Kaido se tiró al suelo.
—Joder...