6/01/2019, 18:11
—Sí, por desgracia somos bastante frágiles —confirmó—. Y a lo segundo, pues te contesto lo mismo que el otro día. He venido a visitar a Ayame. Y de paso a visitarte a ti.
Daruu se cruzó de brazos y echó la espalda hacia atrás, dejando caer la cabeza para quedarse mirando al techo.
—Kokuō. ¿Hay alguna manera de que podamos entendernos? Ahora mismo, yo deseo que reviertan el sello. Y tú saldrías perjudicada. Eso es bueno para mi y para Ayame, pero malo para ti. Y si te quedas como estás, podríamos llegar a llevarnos... más o menos bien. Pero Ayame estaría encerrada. Yo digo que dejemos de fijarnos en esa paradoja y rompamos la pared. Encontremos una forma diferente de ayudarnos. De que los tres estemos contentos. Y libres.
Kokuō giró sobre sus talones y apoyó la espalda sobre los barrotes, dándole la espalda. Había agachado la cabeza, pensativa, y tardó varios segundos en responder:
—Es imposible. La relación entre la señorita y yo siempre es de un tira y afloja. Cuando ella es libre, yo quedo encerrada. Y viceversa. No hablamos de romper una pared, sino de una jaula. Una jaula protegida con técnicas de sellado.
Hizo una breve pausa, y entonces giró la cabeza hacia Daruu. Lo justo para que su iris quedara fijo en él.
—Y usted se está arriesgando demasiado a hablar de esta forma conmigo. Si su adorada líder se entera, tendrá problemas.
Daruu se cruzó de brazos y echó la espalda hacia atrás, dejando caer la cabeza para quedarse mirando al techo.
—Kokuō. ¿Hay alguna manera de que podamos entendernos? Ahora mismo, yo deseo que reviertan el sello. Y tú saldrías perjudicada. Eso es bueno para mi y para Ayame, pero malo para ti. Y si te quedas como estás, podríamos llegar a llevarnos... más o menos bien. Pero Ayame estaría encerrada. Yo digo que dejemos de fijarnos en esa paradoja y rompamos la pared. Encontremos una forma diferente de ayudarnos. De que los tres estemos contentos. Y libres.
Kokuō giró sobre sus talones y apoyó la espalda sobre los barrotes, dándole la espalda. Había agachado la cabeza, pensativa, y tardó varios segundos en responder:
—Es imposible. La relación entre la señorita y yo siempre es de un tira y afloja. Cuando ella es libre, yo quedo encerrada. Y viceversa. No hablamos de romper una pared, sino de una jaula. Una jaula protegida con técnicas de sellado.
Hizo una breve pausa, y entonces giró la cabeza hacia Daruu. Lo justo para que su iris quedara fijo en él.
—Y usted se está arriesgando demasiado a hablar de esta forma conmigo. Si su adorada líder se entera, tendrá problemas.