6/01/2019, 18:31
Pero Daruu se acercó aún más a la jaula y Kokuō percibió su nerviosismo. Pero no era temor a acercarse a ella, sino un miedo diferente. Como si estuviera a punto de hacer algo que no debiera.
—Mira, no se trata se romper la jaula sino de... Mira. Se trata de... ¿no podríais compartir la libertad? —preguntó, y Kokuō se volvió hacia él, extrañada—. ¿El cuerpo? Sé que no sería agradable del todo para nadie, pero estoy segura de que sabes que Ayame es buena chica, no quiere ningún mal. Mira, sólo tenemos que... —Se detuvo, de pronto—. Un momento. Ya van varias veces que me adviertes sobre Yui. ¿Acaso te estás preocupando por mí, Ko-ku-ō?
Aquella última pregunta la pilló con la guardia baja. Kokuō, sobresaltada, abrió y cerró la boca varias veces, pero no encontraba las palabras. Al final lanzó un resoplido al aire.
—Es uno de los pocos humanos decentes que he encontrado. Sería una... lástima que terminara aplastado por las manos de esa humana —terminó por admitir, elevando los hombros en una postura defensiva. Y rápidamente cambió de tema—: ¿Qué clase de locura se supone que está sugiriendo? ¿Que nos turnemos el cuerpo? ¿Kunoichi durante el día, Bijū por la noche? —lanzó una risotada, divertida.
—Mira, no se trata se romper la jaula sino de... Mira. Se trata de... ¿no podríais compartir la libertad? —preguntó, y Kokuō se volvió hacia él, extrañada—. ¿El cuerpo? Sé que no sería agradable del todo para nadie, pero estoy segura de que sabes que Ayame es buena chica, no quiere ningún mal. Mira, sólo tenemos que... —Se detuvo, de pronto—. Un momento. Ya van varias veces que me adviertes sobre Yui. ¿Acaso te estás preocupando por mí, Ko-ku-ō?
Aquella última pregunta la pilló con la guardia baja. Kokuō, sobresaltada, abrió y cerró la boca varias veces, pero no encontraba las palabras. Al final lanzó un resoplido al aire.
—Es uno de los pocos humanos decentes que he encontrado. Sería una... lástima que terminara aplastado por las manos de esa humana —terminó por admitir, elevando los hombros en una postura defensiva. Y rápidamente cambió de tema—: ¿Qué clase de locura se supone que está sugiriendo? ¿Que nos turnemos el cuerpo? ¿Kunoichi durante el día, Bijū por la noche? —lanzó una risotada, divertida.