6/01/2019, 22:33
Era una fresca mañana en Uzushiogakure, con una ligera brisa que hacía que tuvieras que abrigarte un poco si no querías pillar un resfriado típico de los incautos en aquella época del año, y como tal, Riko había salido a la calle con su sudadera de color gris abrochada hasta arriba, caminando con las manos en los bolsillos dirección al Jardín de los Cerezos.
De un tiempo a esta parte el Kaguya había tomado por costumbre dirigirse hasta aquella localización tan típica de la Villa todas las mañanas con el fin de entrenar un poco, aunque normalmente solía hacerlo solo y no era demasiado entretenido.
Aquel día, para variar un poco, había decidido entrenar un poco sus reflejos, por lo que había utilizado una de las técnicas que había dominado más recientemente, la de el clon de huesos para que fuera éste quien le atacara con todo lo que tenía. Y así lo hacía, el clon lanzaba golpe tras golpe, patadas, puñetazos y rodillazos todos con la intención de golpear al auténtico, que hacía todo lo que podía por esquivar uno tras otro.
—¡Chúpate esa! — El clon bramó cuando una de sus patadas acertó en las costillas del verdadero, haciéndole retroceder. —¡Eres muy lento!
El Riko verdadero resopló, algo cansado.
—Somos igual de lentos, idiota...
De un tiempo a esta parte el Kaguya había tomado por costumbre dirigirse hasta aquella localización tan típica de la Villa todas las mañanas con el fin de entrenar un poco, aunque normalmente solía hacerlo solo y no era demasiado entretenido.
Aquel día, para variar un poco, había decidido entrenar un poco sus reflejos, por lo que había utilizado una de las técnicas que había dominado más recientemente, la de el clon de huesos para que fuera éste quien le atacara con todo lo que tenía. Y así lo hacía, el clon lanzaba golpe tras golpe, patadas, puñetazos y rodillazos todos con la intención de golpear al auténtico, que hacía todo lo que podía por esquivar uno tras otro.
—¡Chúpate esa! — El clon bramó cuando una de sus patadas acertó en las costillas del verdadero, haciéndole retroceder. —¡Eres muy lento!
El Riko verdadero resopló, algo cansado.
—Somos igual de lentos, idiota...
~ Narro ~ Hablo ~ «Pienso»