7/01/2019, 01:00
(Última modificación: 7/01/2019, 01:02 por Aotsuki Ayame. Editado 1 vez en total.)
El duelo de miradas se alargó en el tiempo. Hielo contra Vapor, azul contra turquesa. Y ninguno de los dos parecía tener ganas de hacer nada para romper el hielo.
Ayame no habría logrado sostenerle la mirada más de unos pocos segundos, pero Kokuō era bastante diferente a la hermana pequeña que Kōri estaba acostumbrado a tratar. Fueron varios largos minutos los que duró aquello, y cualquiera que hubiera entrado en aquel momento se habría encontrado con una escena de lo más peculiar.
Y al final...
—Hola.
Fue Kōri el que habló, con aquella voz átona suya, carente de cualquier emoción.
—Hola —correspondió ella—. ¿Ha venido a quedarse mirándome así?
«Pero... ¿qué estáis haciendo?»
Ayame no habría logrado sostenerle la mirada más de unos pocos segundos, pero Kokuō era bastante diferente a la hermana pequeña que Kōri estaba acostumbrado a tratar. Fueron varios largos minutos los que duró aquello, y cualquiera que hubiera entrado en aquel momento se habría encontrado con una escena de lo más peculiar.
Y al final...
—Hola.
Fue Kōri el que habló, con aquella voz átona suya, carente de cualquier emoción.
—Hola —correspondió ella—. ¿Ha venido a quedarse mirándome así?