7/01/2019, 01:13
Bueno, si Datsue estaba preguntándose qué coño le iba a decir a Hanabi, estaba de enhorabuena, porque acababa de despertarse... y lo tenía enfrente.
De hecho, era especialmente afortunado, ya que sus labios y su lengua habían decidido moverse por sí mismos en el último momento, y esas cinco últimas palabras las había pronunciado en voz alta.
—Bueno, eso. ¿Qué vas a decirme? Porque la verdad, estoy bastante confuso.
Lo tenía delante, sí, pero no de la manera en la que podríais estar imaginando. El Uzukage estaba en una cama de hospital, postrado pero con el mecanismo elevado lo suficiente como para que se vieran las caras. Si echaba un vistazo alrededor, se daría cuenta de que él estaba igual. Ambos enganchados a un gotero. Datsue tenía un brazo vendado.
Hanabi, la mitad del cuerpo, hasta la cabeza.
—Por un lado, sigo sintiendo lo de Akame-kun, y quiero llorarle contigo, y quiero decirte que lo siento por no poder protegerle a tiempo, o por haberle encerrado, aunque fuese mi deber y jamás me imaginase que se iban a colar con tanta facilidad en mi Edificio —dijo—. Pero por otro lado, pues no sé por qué sale de mí preguntarte qué hacías con un Kage Bushin en el centro de la villa y tú rondando por el puerto subido al tejado.
»Por si te lo preguntas... te caíste del tejado. Tu Kage Bunshin se desmayó frente a mi, así que debo suponer que el original se desmayó también por el choque emocional.
De hecho, era especialmente afortunado, ya que sus labios y su lengua habían decidido moverse por sí mismos en el último momento, y esas cinco últimas palabras las había pronunciado en voz alta.
—Bueno, eso. ¿Qué vas a decirme? Porque la verdad, estoy bastante confuso.
Lo tenía delante, sí, pero no de la manera en la que podríais estar imaginando. El Uzukage estaba en una cama de hospital, postrado pero con el mecanismo elevado lo suficiente como para que se vieran las caras. Si echaba un vistazo alrededor, se daría cuenta de que él estaba igual. Ambos enganchados a un gotero. Datsue tenía un brazo vendado.
Hanabi, la mitad del cuerpo, hasta la cabeza.
—Por un lado, sigo sintiendo lo de Akame-kun, y quiero llorarle contigo, y quiero decirte que lo siento por no poder protegerle a tiempo, o por haberle encerrado, aunque fuese mi deber y jamás me imaginase que se iban a colar con tanta facilidad en mi Edificio —dijo—. Pero por otro lado, pues no sé por qué sale de mí preguntarte qué hacías con un Kage Bushin en el centro de la villa y tú rondando por el puerto subido al tejado.
»Por si te lo preguntas... te caíste del tejado. Tu Kage Bunshin se desmayó frente a mi, así que debo suponer que el original se desmayó también por el choque emocional.