7/01/2019, 01:41
Kyūtsuki le miró a través de su máscara y asintió, de acuerdo en pasarle luego la dirección de la tumba de Kaido el Exiliado.
—Hay un tema que quiero tratar, sí. ¡Juuuuujujujujuju! —El segundo tiburón en la mesa al habla, alias Shaneji—. El omoide. —Todos le miraron con gesto intrigado—. Hay que quitarse de esa mierda, ¡ya!
Hubo un breve silencio, en el que la mayoría pareció quedar anonadada, para luego escucharse una aguda carcajada. Se trataba de una de las figuras misteriosas, el de ojos verdes.
—Usted debe estal de bloma, ¿cielto? —preguntó, con esa voz tan melodiosa y suave que tenía—. Sabe usted cuánto money hicimos en el último año, ¿papi? —A juzgar por este hombre, claramente no debía saberlo—. Más que en los últimos cinco con la yelba. Está todo en la caltilla de dragón —ahora su voz se había vuelto todavía más aguda—. Revíselo usted mismo, papi. A vel, ¿pol qué se le metió en la cabeza semejante suicidio emplesalial?
Shaneji dio un golpetazo sobre la mesa.
—¡Porque no somos una jodida empresa, joder! —Aquel tío le sacaba de quicio—. ¡No estamos aquí por dinero! Sino por devolver a este país donde se merece. ¿Cómo vamos a hacer eso, si al mismo tiempo lo estamos hundiendo en la mierda? ¡He visto lo que hace el omoide! —se desgañitó, pasando de hablar enfadado a muy enfadado. Como siempre, Shaneji era una montaña rusa emocional—. Es una droga dura. No es como la hierba. Va a… Va a… —se revolvió sobre la silla, como si estuviese librando una lucha interna. Uno de sus lados ganó:—. Va a destrozar familias, joder.
—¡Pffff! ¡Familias! Pero, se está escuchando, ¿papi? ¿Desde cuándo le impoltó a usted las familias? No me diga más. Su madle, apalte de puta, se metía, ¿cielto? Ya me habían llegado rumores, pero no creí…
—¡Voy a matarte hijo de puta! —Shaneji sacó su Tetsubō y se la estrelló en la cabeza. Sin pensarlo. Sin importarle las consecuencias. No fue hasta que le traspasó como al aire que se dio cuenta que, en realidad, el hijoputa no estaba allí—. ¡La próxima dímelo a la cara, a ver si hay huevos!
Entretanto, Kaido pudo apreciar que, pese a la sorpresa inicial, a Otohime se la veía con dudas. Como si lo de Shaneji le hubiese llegado. Del resto poco pudo sacar.
—Ay, papi, cómo se me pone usted. Y, pues, a vel qué vota el resto. O no, que opine el nuevo —desvió su mirada esmeralda hacia Kaido—. ¿Usted que dice, papi? Ganal cinco veces más, con previsión de cuadruplical-lo en un año más, ¿o dejal que sean otros quien rompa familias?
—Hay un tema que quiero tratar, sí. ¡Juuuuujujujujuju! —El segundo tiburón en la mesa al habla, alias Shaneji—. El omoide. —Todos le miraron con gesto intrigado—. Hay que quitarse de esa mierda, ¡ya!
Hubo un breve silencio, en el que la mayoría pareció quedar anonadada, para luego escucharse una aguda carcajada. Se trataba de una de las figuras misteriosas, el de ojos verdes.
—Usted debe estal de bloma, ¿cielto? —preguntó, con esa voz tan melodiosa y suave que tenía—. Sabe usted cuánto money hicimos en el último año, ¿papi? —A juzgar por este hombre, claramente no debía saberlo—. Más que en los últimos cinco con la yelba. Está todo en la caltilla de dragón —ahora su voz se había vuelto todavía más aguda—. Revíselo usted mismo, papi. A vel, ¿pol qué se le metió en la cabeza semejante suicidio emplesalial?
Shaneji dio un golpetazo sobre la mesa.
—¡Porque no somos una jodida empresa, joder! —Aquel tío le sacaba de quicio—. ¡No estamos aquí por dinero! Sino por devolver a este país donde se merece. ¿Cómo vamos a hacer eso, si al mismo tiempo lo estamos hundiendo en la mierda? ¡He visto lo que hace el omoide! —se desgañitó, pasando de hablar enfadado a muy enfadado. Como siempre, Shaneji era una montaña rusa emocional—. Es una droga dura. No es como la hierba. Va a… Va a… —se revolvió sobre la silla, como si estuviese librando una lucha interna. Uno de sus lados ganó:—. Va a destrozar familias, joder.
—¡Pffff! ¡Familias! Pero, se está escuchando, ¿papi? ¿Desde cuándo le impoltó a usted las familias? No me diga más. Su madle, apalte de puta, se metía, ¿cielto? Ya me habían llegado rumores, pero no creí…
—¡Voy a matarte hijo de puta! —Shaneji sacó su Tetsubō y se la estrelló en la cabeza. Sin pensarlo. Sin importarle las consecuencias. No fue hasta que le traspasó como al aire que se dio cuenta que, en realidad, el hijoputa no estaba allí—. ¡La próxima dímelo a la cara, a ver si hay huevos!
Entretanto, Kaido pudo apreciar que, pese a la sorpresa inicial, a Otohime se la veía con dudas. Como si lo de Shaneji le hubiese llegado. Del resto poco pudo sacar.
—Ay, papi, cómo se me pone usted. Y, pues, a vel qué vota el resto. O no, que opine el nuevo —desvió su mirada esmeralda hacia Kaido—. ¿Usted que dice, papi? Ganal cinco veces más, con previsión de cuadruplical-lo en un año más, ¿o dejal que sean otros quien rompa familias?
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado