7/01/2019, 02:04
(Última modificación: 7/01/2019, 02:05 por Aotsuki Ayame.)
—Me alegro de saber que Ayame está bien. Gracias por decírmelo —respondió Kōri, y Kokuō alzó una ceja, incrédula. ¿Acaso no lo sabía? ¿Daruu no se lo había contado a su familia? ¿Acaso les estaba ocultando sus visitas?—. ¿Los bijuus os consideráis hermanos? ¿Como una familia?
Aquella pregunta la pilló desprevenida. Pero tardó algunos segundos en responder, incluso se compró tiempo moviendo ligeramente el cuello enfurecido (aquella condenada almohada, si es que podía llamarse así, se lo estaba destrozando). No le gustaba hablar de sus Hermanos porque no quería aportar datos que pudieran perjudicarlos, por eso medía las palabras al milímetro, limitándose a confirmar lo que los humanos ya sabían.
—Puede que no seamos hermanos como ustedes los conocen, pero los nueve nacimos de la misma fuente. Así que sí, somos familia.
Aquella pregunta la pilló desprevenida. Pero tardó algunos segundos en responder, incluso se compró tiempo moviendo ligeramente el cuello enfurecido (aquella condenada almohada, si es que podía llamarse así, se lo estaba destrozando). No le gustaba hablar de sus Hermanos porque no quería aportar datos que pudieran perjudicarlos, por eso medía las palabras al milímetro, limitándose a confirmar lo que los humanos ya sabían.
—Puede que no seamos hermanos como ustedes los conocen, pero los nueve nacimos de la misma fuente. Así que sí, somos familia.