7/01/2019, 21:30
Tras el disparatado —aunque quizás no demasiado— y absurdo consejo del Inuzuka hacia la chica, ésta pareció tomárselo en serio. Se lo agradeció, y tras unos segundos de meditación, cerró los ojos y se concentró aún mas. La chica pareció decidirse, y abrió los ojos, quizás visionando al Inuzuka como un can mas. Pero rápidamente tuvo que volver a cerrar los ojos, al parecer el truco no le había funcionado.
El rasta torció el gesto, casi a la par que Akane. Ambos estaban expectantes, mirando si la chica solucionaba ese pequeño problema de timidez. De nuevo, la chica abrió los ojos, pero ésta vez tardó incluso menos en volver a cerrarlos. La chica parecía ponerse mas nerviosa por segundo que pasaba, lo cuál parecía que el Inuzuka había empeorado la situación...
Una tercera vez la chica abrió los ojos, pero de nuevo recurrió a cerrarlos. Akane y Etsu se miraron, y tras ello volvieron a la vista a la genin. Ésta pareció decidirse porque no funcionaba el truco propuesto, al menos eso pareció cuando comenzó a hablar sin siquiera abrir los ojos. Pero para sorpresa de ambos Inuzuka, la chica abrió en ésta ocasión los ojos y no volvió a cerrarlos, si no que terminó por explicar el motivo por el cuál estaba allí, agradeció a Etsu que compartiese el tatami, y se atrevió a preguntar si estaba entrenando con su amigo.
Etsu se levantó, contento como un conejo cuando termina la pascua.
—¡Ha funcionado! —no se lo creía ni él —no tienes porqué agradecerme compartir el tatami, éstas instalaciones son por y para todos los shinobis. Por otro lado, sí, andaba entrenando con Akane, como siempre a ésta hora nos toca sesión de ejercicio físico, y hoy decidimos pasarnos por aquí...
El rasta torció el gesto, casi a la par que Akane. Ambos estaban expectantes, mirando si la chica solucionaba ese pequeño problema de timidez. De nuevo, la chica abrió los ojos, pero ésta vez tardó incluso menos en volver a cerrarlos. La chica parecía ponerse mas nerviosa por segundo que pasaba, lo cuál parecía que el Inuzuka había empeorado la situación...
Una tercera vez la chica abrió los ojos, pero de nuevo recurrió a cerrarlos. Akane y Etsu se miraron, y tras ello volvieron a la vista a la genin. Ésta pareció decidirse porque no funcionaba el truco propuesto, al menos eso pareció cuando comenzó a hablar sin siquiera abrir los ojos. Pero para sorpresa de ambos Inuzuka, la chica abrió en ésta ocasión los ojos y no volvió a cerrarlos, si no que terminó por explicar el motivo por el cuál estaba allí, agradeció a Etsu que compartiese el tatami, y se atrevió a preguntar si estaba entrenando con su amigo.
Etsu se levantó, contento como un conejo cuando termina la pascua.
—¡Ha funcionado! —no se lo creía ni él —no tienes porqué agradecerme compartir el tatami, éstas instalaciones son por y para todos los shinobis. Por otro lado, sí, andaba entrenando con Akane, como siempre a ésta hora nos toca sesión de ejercicio físico, y hoy decidimos pasarnos por aquí...
~ No muerdas lo que no piensas comerte ~