Yamata-no-Orochi

[Uchiha Datsue]

Despachado el asunto, era hora de moverse a otros asuntos.

—Kyūtsuki, cuéntanos.

Todos observaron a Kyūtsuki, ávidos por saber cómo le había ido.

—Podría suplantarle en público y nadie se daría cuenta —anunció, para gran alegría de todos.

—¡Juuuujujujujuju! —rio Shaneji. Hasta los ojos de Ryū brillaron de emoción…

—Pero sigo encontrando dificultades para averiguar cómo se comporta en la intimidad. Los familiares y amigos se darían cuenta de que algo falla.

…pero no tardaron mucho en recobrar su habitual tono apagado y frío.

—¡Pues los matamos y punto, joder! —estalló Shaneji enrabietado, sacudiendo la cabeza de arriba abajo mientras lo gritaba—. ¡A todos ellos!

Otohime dejó escapar lentamente el aire por la nariz, como una madre cansada de explicarle a su hijo cómo se restaba.

—Shaneji, por favor, piensa lo que dices. Eso sería el caos. Habría una guerra y saldríamos perdiendo todos.

—¡Pero al final nos impondríamos, joder! ¿No estáis hartos de esperar sin más que vender dloga y más dloga? —preguntó, imitando a Money de manera burlona.

—Tú no sabes todavía lo que es esperar —habló, por primera vez para algo más que no fuese votar, la Anciana. Shaneji calló—. No voy a permitir que echemos a perder nuestra mejor baza. Seremos pacientes. Iremos hasta el final con este plan.

Por un momento, se produjo el silencio más absoluto.

—¿Es necesario votar esto? —preguntó Ryū.