9/01/2019, 17:45
—Pues vamos va. Aunque tal vez deberíamos buscar un sitio donde pasar la noche, llevamos todo el día de viaje.
No era mala idea, la verdad es que seguramente necesitarían buscar algún lugar para descansar aquella noche —y probablemente algún que otro día más que durase la misión—, pero lo primero que debían hacer era buscar a Kajiya y que les pusiera al corriente del asunto.
—O no, como tú veas —se corrigió, para sorpresa de Eri—. Yo puedo seguir, no sé cómo vas tú de energía. No has comido mucho, eso no puede ser sano. ¿Quieres que cenemos algo? Seguro que con tanta forja, por aquí hay unas barbacoas de no te menees.
Eri rió, por primera vez en todo el viaje, sin embargo se apresuró a taparse la boca, sin entender como aquello le había hecho gracia.
—Primero deberíamos ir a ver a Kajiya-san y luego ya vemos, pero no le digo que no a una barbacoa... —sus tripas resonaron ante la visión mental de carne asada—. Venga, no queda mucho.
A unos diez metros se encontraba una de las forjas más grandes de la calle, cuyo cartel en grande rezaba el nombre que andaban buscando: La Forja Incandescente.
No era mala idea, la verdad es que seguramente necesitarían buscar algún lugar para descansar aquella noche —y probablemente algún que otro día más que durase la misión—, pero lo primero que debían hacer era buscar a Kajiya y que les pusiera al corriente del asunto.
—O no, como tú veas —se corrigió, para sorpresa de Eri—. Yo puedo seguir, no sé cómo vas tú de energía. No has comido mucho, eso no puede ser sano. ¿Quieres que cenemos algo? Seguro que con tanta forja, por aquí hay unas barbacoas de no te menees.
Eri rió, por primera vez en todo el viaje, sin embargo se apresuró a taparse la boca, sin entender como aquello le había hecho gracia.
—Primero deberíamos ir a ver a Kajiya-san y luego ya vemos, pero no le digo que no a una barbacoa... —sus tripas resonaron ante la visión mental de carne asada—. Venga, no queda mucho.
A unos diez metros se encontraba una de las forjas más grandes de la calle, cuyo cartel en grande rezaba el nombre que andaban buscando: La Forja Incandescente.