11/01/2019, 01:59
(Última modificación: 11/01/2019, 01:59 por Umikiba Kaido.)
Bien. Fue anotando punto a punto: una jodida comadreja sin hogar fijo que tenía oídos en dos tabernas del pueblo. Tenía cierto predilecto por sonsacar a la gente, y no dudaría en dejar a Kaido en la quiebra a cambio de esa ayuda de la que hablaba Kyūtsuki. El gyojin tendría que ser firme y hacer aval de su condición como un —cuasi— miembro de dragón rojo para que la información, los contactos y la guía no le salieran tan caro.
Asintió, sin verse preocupado. Si alguien era bueno en poner a la gente en su sitio, ese era él.
—Lo tendré en cuenta. Tranquila, le mandaré tus saludos —dijo con una ponzoñosa sonrisa entre dientes—. el señuelo —se refería, evidentemente, al cadáver—. ¿cuándo lo pondrás en órbita de Amegakure?
Asintió, sin verse preocupado. Si alguien era bueno en poner a la gente en su sitio, ese era él.
—Lo tendré en cuenta. Tranquila, le mandaré tus saludos —dijo con una ponzoñosa sonrisa entre dientes—. el señuelo —se refería, evidentemente, al cadáver—. ¿cuándo lo pondrás en órbita de Amegakure?