11/01/2019, 13:11
Eri y –pese a sus quejas– Hanabi terminaron de recoger los fragmentos de taza de desayuno y volvieron a sentarse. Eri respondió negativamente ante la pregunta del mandatario. Hanabi sonrió y se echó las manos detrás de la nuca.
—Sé que no te he traído buenas noticias —dijo—, aunque quizás sea mayor motivación hacerlo en tiempos de guerra que de paz.
»Empezaremos a entrenar el Rasengan hoy, ¿te parece?
—Sé que no te he traído buenas noticias —dijo—, aunque quizás sea mayor motivación hacerlo en tiempos de guerra que de paz.
»Empezaremos a entrenar el Rasengan hoy, ¿te parece?