12/01/2019, 19:59
Cuando Kaido conoció por primera vez a Money —o mejor dicho, a su silueta—. le había parecido un tipo bastante cliché, tan cegado por el concepto de dinero que no le veía más que como un simple contable, que podía hacer poco más que atinar al resultado de un dos más dos. En ese aspecto Kaido era muy parecido a Shaneji, que apreciaba la fuerza por sobre muchas otras cosas, que no por ello dejaban de ser tan importantes en una entidad como también podía serlo el tener gente que pudiera pegar tan fuerte como un jodido yunque.
Y es que en las guerras no sólo habían ejércitos e infanterías. Tras la carne de cañón, tras las primeras filas de guerreros; estaban los grandes pensadores. Los estrategas. Los eruditos. Los que se quedaban con el mérito una vez acabado el conflicto. Y por qué no, aquellos que financiaban todo. Ese era Money para Dragón Rojo. Un tipo inteligente que sabía dónde rascar monedas y cuándo. Uno que en contraposición a Kyūtsuki y su plan paralelo de suplantar al Señor Feudal del País del Agua para hacerse del poder institucional de toda una nación, sentaba las bases para lo que esperaba que fuera una era próspera tras el renacimiento de la gran Kirigakure.
Claro está que, la prosperidad iba de la mano con el dinero. Y el dinero iba de la mano con él, con Money.
Kaido sonrió con malicia.
—Gracias por el trago —sentenció, dejando en el aire de qué lado iba a estar llegado el momento. ¿Por qué disparar su única bala tan pronto?—. estimo que estaremos un mes fuera. Quizás más, quizás menos, todo depende de lo que nos encontremos una vez lleguemos a Inaka. Estaba pensando en cinco de los grandes para sustentarnos durante el viaje. ¿Qué piensas?
El gyojin sabía que en un duelo de regate, siempre debías soltar una cantidad abrupta como para que el acuerdo quede en un monto más o menos acordes a las pretensiones del prestamista. Así que lanzó la carnada para ver a cuánto picaba el Dragón.
Y es que en las guerras no sólo habían ejércitos e infanterías. Tras la carne de cañón, tras las primeras filas de guerreros; estaban los grandes pensadores. Los estrategas. Los eruditos. Los que se quedaban con el mérito una vez acabado el conflicto. Y por qué no, aquellos que financiaban todo. Ese era Money para Dragón Rojo. Un tipo inteligente que sabía dónde rascar monedas y cuándo. Uno que en contraposición a Kyūtsuki y su plan paralelo de suplantar al Señor Feudal del País del Agua para hacerse del poder institucional de toda una nación, sentaba las bases para lo que esperaba que fuera una era próspera tras el renacimiento de la gran Kirigakure.
Claro está que, la prosperidad iba de la mano con el dinero. Y el dinero iba de la mano con él, con Money.
Kaido sonrió con malicia.
—Gracias por el trago —sentenció, dejando en el aire de qué lado iba a estar llegado el momento. ¿Por qué disparar su única bala tan pronto?—. estimo que estaremos un mes fuera. Quizás más, quizás menos, todo depende de lo que nos encontremos una vez lleguemos a Inaka. Estaba pensando en cinco de los grandes para sustentarnos durante el viaje. ¿Qué piensas?
El gyojin sabía que en un duelo de regate, siempre debías soltar una cantidad abrupta como para que el acuerdo quede en un monto más o menos acordes a las pretensiones del prestamista. Así que lanzó la carnada para ver a cuánto picaba el Dragón.