12/01/2019, 20:16
Money sonrió, divertido.
—Ah, no. Usted pensaba en otra cifra, papi, o hubiese dicho cinco y no tles nada más entral —le recordó—. Y, pues, usted sabe, me conviene que no haga ruido en este viaje antes del glan atraco. Así que le voy a dal el suficiente para pagal a cuatlo mamarrachos y no tenel que robal, pero cinco no van a sel, no.
Money abrió un cajón y sacó un enorme fajo de billetes atado con una goma. Se oyó un chillido abajo.
—Yo voy a inveltil en usted, Kaido. Y le voy a dal lo que usted realmente quería —le quitó la goma al fajo y empezó a contar billetes. No le entregó ni la mitad—. Ahí van sus tles mil. Cuídemelos bien.
Pasos subiendo por la escalera. Alguien llamó a la puerta. Money no respondió hasta guardar el dinero de nuevo en el cajón.
—¡Pase!
—¡Money-sama! —Era el viejo tras la barra—. Muñeca, ehm… —Los chillidos que llegaban de abajo servían mejor que cualquiera explicación.
—¿Otla vez? —preguntó Money, molesto. Se levantó, haciendo un gesto a Kaido para que le imitase y siguiese. Bajaron por las escaleras y hallaron la causa de la preocupación del viejo.
Muñeca saltaba y reía alrededor de un hombre que no paraba de gritar de dolor, sacudiéndose violentamente y rascándose la piel como si quisiese arrancársela de tanto que le ardía. El segundo hombre, situado en una esquina del bar, contemplaba la escena con el rostro desencajado por el terror.
—Ah, no. Usted pensaba en otra cifra, papi, o hubiese dicho cinco y no tles nada más entral —le recordó—. Y, pues, usted sabe, me conviene que no haga ruido en este viaje antes del glan atraco. Así que le voy a dal el suficiente para pagal a cuatlo mamarrachos y no tenel que robal, pero cinco no van a sel, no.
Money abrió un cajón y sacó un enorme fajo de billetes atado con una goma. Se oyó un chillido abajo.
—Yo voy a inveltil en usted, Kaido. Y le voy a dal lo que usted realmente quería —le quitó la goma al fajo y empezó a contar billetes. No le entregó ni la mitad—. Ahí van sus tles mil. Cuídemelos bien.
Pasos subiendo por la escalera. Alguien llamó a la puerta. Money no respondió hasta guardar el dinero de nuevo en el cajón.
—¡Pase!
—¡Money-sama! —Era el viejo tras la barra—. Muñeca, ehm… —Los chillidos que llegaban de abajo servían mejor que cualquiera explicación.
—¿Otla vez? —preguntó Money, molesto. Se levantó, haciendo un gesto a Kaido para que le imitase y siguiese. Bajaron por las escaleras y hallaron la causa de la preocupación del viejo.
Muñeca saltaba y reía alrededor de un hombre que no paraba de gritar de dolor, sacudiéndose violentamente y rascándose la piel como si quisiese arrancársela de tanto que le ardía. El segundo hombre, situado en una esquina del bar, contemplaba la escena con el rostro desencajado por el terror.
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado