16/01/2019, 22:58
Reiji intercambió aquellas frases con Mido y se fue de la escuela con un pergamino entre sus manos: acababa de realizar su primera misión de rango D, o eso era lo que figuraba en el escrito que el conserje le había entregado. ¿Terminaría por limpiar el aula B4? Reiji quizá lo sabría más adelante, ahora simplemente se dirigía al edificio del Uzukage para reportar su cometido.
Allí encontró a la misma mujer que lo había atendido, hablando con un par de chuunin que parecían salir de misión justo cuando él volvía de la suya. No tardaron mucho en terminar su conversación, y tras un par de frases más, ambos abandonaron el edificio, no sin antes también despedirse del muchacho de cabellos oscuros.
—Buenas, vengo a reportar el final de una misión.
—Eso es genial, Sasaki Reiji-kun —alabó la joven pelirroja, tomando el pergamino del chico—. En breve te llegará tu recompensa, has hecho un buen trabajo, espero que sigas así.
Kiyomi le mostró una suave sonrisa, abrió el pergamino y puso un pequeño sello en él, luego guardó el pergamino con mimo en uno de sus cajones y levantó sus ojos para dedicarle una última mirada al genin.
—¡Que tenga un buen día!
Allí encontró a la misma mujer que lo había atendido, hablando con un par de chuunin que parecían salir de misión justo cuando él volvía de la suya. No tardaron mucho en terminar su conversación, y tras un par de frases más, ambos abandonaron el edificio, no sin antes también despedirse del muchacho de cabellos oscuros.
—Buenas, vengo a reportar el final de una misión.
—Eso es genial, Sasaki Reiji-kun —alabó la joven pelirroja, tomando el pergamino del chico—. En breve te llegará tu recompensa, has hecho un buen trabajo, espero que sigas así.
Kiyomi le mostró una suave sonrisa, abrió el pergamino y puso un pequeño sello en él, luego guardó el pergamino con mimo en uno de sus cajones y levantó sus ojos para dedicarle una última mirada al genin.
—¡Que tenga un buen día!