19/01/2019, 19:04
Kaido le vio alejarse, y sonrió de nuevo; pues hacía un rato que había dejado de hacerlo.
—Fue bueno verte, Datsue-kun. No te preocupes, dejaré una flor en tu nombre en la tumba de Keisuke. Y echaré una al lago por Aiko también.
Fue retirándose, de a poco, hasta que ambos se perdieron en los dos horizontes contiguos. Para seguir cada uno su propio camino. Aunque esperando encontrarse en el futuro, bajo otras circunstancias, con menos cosas en juego...
... para darle esperanza de vida a aquel traidor, de ojos ámbares y cabello carmesí.
—Fue bueno verte, Datsue-kun. No te preocupes, dejaré una flor en tu nombre en la tumba de Keisuke. Y echaré una al lago por Aiko también.
Fue retirándose, de a poco, hasta que ambos se perdieron en los dos horizontes contiguos. Para seguir cada uno su propio camino. Aunque esperando encontrarse en el futuro, bajo otras circunstancias, con menos cosas en juego...
... para darle esperanza de vida a aquel traidor, de ojos ámbares y cabello carmesí.