22/01/2019, 04:53
Que Yui se fuese tan solo era una buena señal. Agilizaría las negociaciones y liberaría parte de la tensión que se producía con cada mala nueva. A Shanise pareció costarle unos momentos asimilar la marcha de su Arashikage, pero en seguida se recompuso. Propuso una sanción económica a la cláusula sugerida por Hanabi, y aunque este tampoco lo veía mal, aquello no era lo que tenía en mente. Ni mucho menos.
Pero no la interrumpió, consciente de que las cosas irían más rápido si tan solo se centraban en un único tema al mismo tiempo. Fue entonces cuando su ANBU reveló un aparato rectangular con botones, que al parecer, se llamaba teléfono, y que permitía comunicarse a largas distancias. ¡Aquello era maravilloso! Una especie de comunicador sin límite de batería ni distancia, como bien había puntualizado Kenzou. Había que reconocérselo a los amejines: en cuanto a tecnología, eran muy ingeniosos. Y siempre iban dos pasos por delante que el resto.
El único problema era que esos teléfonos necesitaban ser conectados por líneas bajo tierra. Kenzou en seguida hizo ver el problema: ¿cuánto tiempo tardarían en unir las tres Villas? No eran pocos kilómetros, precisamente. Imaginó que Shanise ya había hecho un estudio y un plan para conocer ese dato.
—Sea mucho o poco, es una inversión de futuro que sin duda apuesto por hacer —incidió—. Una infraestructura así nos vendrá de perlas para cualquier urgencia que surja. —Ya no solo hablaba de Kurama y los Generales, sino de cualquier otra nueva amenaza que pudiese llegar en el futuro.
Pero no la interrumpió, consciente de que las cosas irían más rápido si tan solo se centraban en un único tema al mismo tiempo. Fue entonces cuando su ANBU reveló un aparato rectangular con botones, que al parecer, se llamaba teléfono, y que permitía comunicarse a largas distancias. ¡Aquello era maravilloso! Una especie de comunicador sin límite de batería ni distancia, como bien había puntualizado Kenzou. Había que reconocérselo a los amejines: en cuanto a tecnología, eran muy ingeniosos. Y siempre iban dos pasos por delante que el resto.
El único problema era que esos teléfonos necesitaban ser conectados por líneas bajo tierra. Kenzou en seguida hizo ver el problema: ¿cuánto tiempo tardarían en unir las tres Villas? No eran pocos kilómetros, precisamente. Imaginó que Shanise ya había hecho un estudio y un plan para conocer ese dato.
—Sea mucho o poco, es una inversión de futuro que sin duda apuesto por hacer —incidió—. Una infraestructura así nos vendrá de perlas para cualquier urgencia que surja. —Ya no solo hablaba de Kurama y los Generales, sino de cualquier otra nueva amenaza que pudiese llegar en el futuro.