24/01/2019, 00:25
—Oh, vamos, borra nyesa mueca de nyasesina de tu cara —rio el gato blanco—. Tan sólo estoy jugando contigo. —Y entonces, sucedió algo tan insólito como inesperado. El gato estalló en una nube de humo blanco. Cuando las volutas de humo se dispersaron en el aire del calabozo, allí no había un gato, sino un niño. Un niño de pelo blanco y unos brillantes ojos de color azul turquesa, vestido con una chaqueta ancha de color azul y unos pantalones azul marino. Con las piernas balanceándose en su silla, pies apenas llegándole al suelo, mostró una amplia y juguetona sonrisa—. Oh, claro que conyozco tu nyombre —dijo—. ¡Daruu-nyiisan me ha contado todo sobre vosotras dos!
»Me escapé durante el entrenyamiento y vinye a veros.
»Nyodia cuando hago eso, nyejejeje.
»Me escapé durante el entrenyamiento y vinye a veros.
»Nyodia cuando hago eso, nyejejeje.