24/01/2019, 01:39
(Última modificación: 24/01/2019, 01:57 por King Roga. Editado 2 veces en total.)
—Ah, entonces fue por eso—. Parpadeó al escuchar al Uchiha mencionar que todo el circo se montó por una mala comida. "Lo que es la negligencia con la comida." Se dijo para sus adentros mientras le sonreía al uzujin en desgracia.
»Iré a ver entonces, volveré lo más pronto que pueda.
Inmediatamente, se fue a preguntar sobre la ubicación de la clínica del tal Hayashi, que por suerte no parecía estar demasiado lejos de ahí. Mientras, en aquella sala de urgencias improvisada, extraños y trabajadores del hotel iban de arriba para abajo. Unos buscando a sus familiares mientras los otros fungían cómo enfermeros para nada certificados. La muchacha castaña de anteojos, se acercó hasta la colcha donde estaba Datsue.
Cargaba una cubeta metálica llena de botellas de agua. Sacó una de las mismas y la dejó al lado de su cabeza, mientras seguía con su camino repartiendo de igual forma a todos los demás heridos. Pasarían quizás unos quince minutos, aunque todos sabemos que el tiempo transcurre distinto para cada quién cuando se trata de estados anímicos. Cumplido ese tiempo, el Yotsuki regresaría, con un frasco en cada mano, siendo el que portaba en la mano izquierda bastante más pequeño.
—Ya vinee~ Anunció cantando su llegada. —Buenas noticias, me dijo que te tomaras esto— Le extendió el frasco pequeño, no más grueso que dos dedos de una mano y el cual tenía una tapa con rosca. —Debes bebértelo todo. Incluso me dijo que si le hubieras hecho caso antes no habría necesidad de recurrir a este otro—. El otro recipiente era considerablemente grande, probablemente cómo un litro. —Dijo que este era para la deshidratación y que también te lo tragaras entero.
»Iré a ver entonces, volveré lo más pronto que pueda.
Inmediatamente, se fue a preguntar sobre la ubicación de la clínica del tal Hayashi, que por suerte no parecía estar demasiado lejos de ahí. Mientras, en aquella sala de urgencias improvisada, extraños y trabajadores del hotel iban de arriba para abajo. Unos buscando a sus familiares mientras los otros fungían cómo enfermeros para nada certificados. La muchacha castaña de anteojos, se acercó hasta la colcha donde estaba Datsue.
Cargaba una cubeta metálica llena de botellas de agua. Sacó una de las mismas y la dejó al lado de su cabeza, mientras seguía con su camino repartiendo de igual forma a todos los demás heridos. Pasarían quizás unos quince minutos, aunque todos sabemos que el tiempo transcurre distinto para cada quién cuando se trata de estados anímicos. Cumplido ese tiempo, el Yotsuki regresaría, con un frasco en cada mano, siendo el que portaba en la mano izquierda bastante más pequeño.
—Ya vinee~ Anunció cantando su llegada. —Buenas noticias, me dijo que te tomaras esto— Le extendió el frasco pequeño, no más grueso que dos dedos de una mano y el cual tenía una tapa con rosca. —Debes bebértelo todo. Incluso me dijo que si le hubieras hecho caso antes no habría necesidad de recurrir a este otro—. El otro recipiente era considerablemente grande, probablemente cómo un litro. —Dijo que este era para la deshidratación y que también te lo tragaras entero.