24/01/2019, 02:31
—Si fuera un veneno para cuando te des cuenta creo que te morirías primero...— Discutió la lógica del uzujin. "Y todavía me amenaza a mí y no al flaco." No terminaba de entender la mentalidad del Uchiha, aunque quizás fuese que su propio estado no le estaba dejando pensar con claridad y decía cada sandez que le venía a la cabeza, así que pasó página y continuó con la conversación.
—Yo no se eh. Mira que ese que entre el fuego y el sello explosivo terminaste destrozando algo más que a los bandidos. ¿Era necesario ese nivel de destrucción? Eran tres pelados, no un ejército—. Se cruzó de brazos antes de terminar de responder la última duda. —Y se llama Chidori Senbon— Comentó a secas. No era del tipo de técnica que más le gustaba, pero se podría decir que al menos era útil. —Es ideal cuando necesitas precisión, no cómo esa puto katon tuyo— Su mirada se afiló de manera inquisitoria sobre el enfermo. —Con lo desesperada y avara que es esta gente con el dinero, no dudaría que te obligarían a pagar los inmuebles quemados. Digo, a los muertos no se los pueden cobrar... Se frenó unos instantes. —... o tal vez sí. ¿Crees que esos tipejos hayan tenido alguna guarida?— Pese a que parecía un cambio abrupto de tema, tenía mucho que ver.
Mientras hablaban, Utage entró nuevamente en escena, caminando en su dirección.
—¡Hey! ¿Se encuentran bien?— No lucia demasiado preocupado, pero nunca estaba de más la cortesía.
—Nosotros sí, pero Riko está en el consultorio del doctor, aunque no es grave según me dijeron.
—Yo no se eh. Mira que ese que entre el fuego y el sello explosivo terminaste destrozando algo más que a los bandidos. ¿Era necesario ese nivel de destrucción? Eran tres pelados, no un ejército—. Se cruzó de brazos antes de terminar de responder la última duda. —Y se llama Chidori Senbon— Comentó a secas. No era del tipo de técnica que más le gustaba, pero se podría decir que al menos era útil. —Es ideal cuando necesitas precisión, no cómo esa puto katon tuyo— Su mirada se afiló de manera inquisitoria sobre el enfermo. —Con lo desesperada y avara que es esta gente con el dinero, no dudaría que te obligarían a pagar los inmuebles quemados. Digo, a los muertos no se los pueden cobrar... Se frenó unos instantes. —... o tal vez sí. ¿Crees que esos tipejos hayan tenido alguna guarida?— Pese a que parecía un cambio abrupto de tema, tenía mucho que ver.
Mientras hablaban, Utage entró nuevamente en escena, caminando en su dirección.
—¡Hey! ¿Se encuentran bien?— No lucia demasiado preocupado, pero nunca estaba de más la cortesía.
—Nosotros sí, pero Riko está en el consultorio del doctor, aunque no es grave según me dijeron.