24/01/2019, 21:38
—Disculpadme, disculpadme —volvió a pedir, avergonzado de sí mismo, haciendo pequeñas inclinaciones de cabeza ante Shanise y Kenzou. ¡Qué mala pata la suya! ¡Cuando todo estaba yendo rodado iba él y lo arruinaba!
Por suerte, el pequeño incidente pareció quedarse en una de esas anécdotas que, en el futuro, se recordarían como divertidas, tal y como había hecho Yui rememorando su petición de autógrafo a Shiona.
La negociación en seguida retomó su cauce, con una nueva propuesta por parte de Shanise: la formación de un equipo especial de seguridad, dedicado totalmente a proteger el Pacto y acabar con las amenazas a este, como podía ser Kurama y sus Generales. Tal y como decía Kenzou, la única opción real era que fuese compuesto por sus propios ninjas, que se convertirían en una especia de rōnins, pero sin la connotación peyorativa de la palabra.
Pese a las pegas que puso Kenzou —de las que, era consciente, eran reales—, aquella idea en seguida conectó con Hanabi.
—Pues a mí me gusta —intervino, tras Kenzou—. Me gusta mucho.
En su cabeza se imaginaba ya a posibles candidatos. Candidatos del presente, como podía ser Eri. Candidatos del futuro, como podía ser el pupilo de Eri, Riko. Todos ellos herederos de la Voluntad de Shiona.
—Sinceramente, creo que esta es una oportunidad de oro para crear algo que dé verdadera durabilidad y consistencia al Pacto, sin importar quienes nos sucedan. —Y no como antes, que, siendo sinceros, dependía demasiado de la buena voluntad de los Kages. Y de que estos no sufriesen de amnesia esporádica. Evitó mirar a Kenzou al pensar esto último—. Un equipo especial, una especie de Vigilantes o Protectores del Pacto, encargados de velar por este, formado por ninjas de Uzu, Ame y Kusa, de manera equitativa, y unidos por…
»… un Vínculo Sanguíneo —improvisó Hanabi. No tenía pensado usarlo para aquello, pero la idea le había gustado tanto que decidió apostar por ella—. Un vínculo que les una en ese objetivo común, el bien mayor, y que les aleje de cualquier… tentación o interés ajeno.
»Uzushiogakure podría facilitar dicho fuuinjutsu.
Por suerte, el pequeño incidente pareció quedarse en una de esas anécdotas que, en el futuro, se recordarían como divertidas, tal y como había hecho Yui rememorando su petición de autógrafo a Shiona.
La negociación en seguida retomó su cauce, con una nueva propuesta por parte de Shanise: la formación de un equipo especial de seguridad, dedicado totalmente a proteger el Pacto y acabar con las amenazas a este, como podía ser Kurama y sus Generales. Tal y como decía Kenzou, la única opción real era que fuese compuesto por sus propios ninjas, que se convertirían en una especia de rōnins, pero sin la connotación peyorativa de la palabra.
Pese a las pegas que puso Kenzou —de las que, era consciente, eran reales—, aquella idea en seguida conectó con Hanabi.
—Pues a mí me gusta —intervino, tras Kenzou—. Me gusta mucho.
En su cabeza se imaginaba ya a posibles candidatos. Candidatos del presente, como podía ser Eri. Candidatos del futuro, como podía ser el pupilo de Eri, Riko. Todos ellos herederos de la Voluntad de Shiona.
—Sinceramente, creo que esta es una oportunidad de oro para crear algo que dé verdadera durabilidad y consistencia al Pacto, sin importar quienes nos sucedan. —Y no como antes, que, siendo sinceros, dependía demasiado de la buena voluntad de los Kages. Y de que estos no sufriesen de amnesia esporádica. Evitó mirar a Kenzou al pensar esto último—. Un equipo especial, una especie de Vigilantes o Protectores del Pacto, encargados de velar por este, formado por ninjas de Uzu, Ame y Kusa, de manera equitativa, y unidos por…
»… un Vínculo Sanguíneo —improvisó Hanabi. No tenía pensado usarlo para aquello, pero la idea le había gustado tanto que decidió apostar por ella—. Un vínculo que les una en ese objetivo común, el bien mayor, y que les aleje de cualquier… tentación o interés ajeno.
»Uzushiogakure podría facilitar dicho fuuinjutsu.