26/01/2019, 20:36
Eterno. Era el adjetivo más fidedigno para describir su viaje hasta las Tierras del Viento. Un trayecto difícil, complicado y agotador, que se antojaba interminable en algunos tramos del viaje. Y de no haber sido por el guía que habían encontrado en el País del Fuego, de seguro hubiera sido tres veces más tardío de lo que realmente fue. El Desierto fue implacable también, como lo era con todos los extranjeros. Las dunas se convirtieron durante un par de días en un laberinto árido y caliente que por poco les hizo perder la cordura y que obligó a la suerte a intervenir en el destino de aquellos dos Cabeza de Dragón. Un río, la bendición de todo desierto, fue lo único que les salvó de acabar en lo más profundo de las arenas; llevándoles finalmente hasta el corazón de Inaka. Una ciudad arisca y rudimentaria, como no podía ser de otra forma.
Kaido y Muñeca no perdieron el tiempo en buscar a Comadreja. Y Comadreja no perdió el tiempo en poner en marcha su plan, motivado por su relación con otra Cabeza de Dragón. ¿El cómo? llevándoles a las entrañas del hogar de un noble menor con grandes intereses dentro de la Prisión del Yermo.
Cárcel donde se encontraba, presumiblemente, Uchiha Zaide.
—¿Os parece si llevo yo la negociación?
—Adelante —contestó Kaido, que ahora llevaba su larga cabellera atada en una cola para aliviar el calor. Tenía los labios resecos y partidos, y por más que bebiera agua, en aquel clima su piel siempre iba a lucir como si estuviera deshidratado.
Kaido y Muñeca no perdieron el tiempo en buscar a Comadreja. Y Comadreja no perdió el tiempo en poner en marcha su plan, motivado por su relación con otra Cabeza de Dragón. ¿El cómo? llevándoles a las entrañas del hogar de un noble menor con grandes intereses dentro de la Prisión del Yermo.
Cárcel donde se encontraba, presumiblemente, Uchiha Zaide.
—¿Os parece si llevo yo la negociación?
—Adelante —contestó Kaido, que ahora llevaba su larga cabellera atada en una cola para aliviar el calor. Tenía los labios resecos y partidos, y por más que bebiera agua, en aquel clima su piel siempre iba a lucir como si estuviera deshidratado.