27/01/2019, 23:16
Vaya, los amejines estaban demostrando poseer una gran imaginación para cualquier tipo de inventos: carros que se movían solos; cajas que transmitían la voz a kilómetros de distancia; e incluso se adentraban en la que, se suponía, era especialidad de Uzu, para sacarse un fuuinjutsu con reconocimiento de chakra de la manga.
Kenzou, experimentado y sabio como solo alguien de su edad podía serlo, desgranó rápidamente las problemáticas que podían surgir. Uno de ellos, los civiles. ¿Iban a tener que registrar a cada civil y comerciante que se adentraba en la Villa? Eso era una tarea titánica. Y seguramente todavía más en Uzu, cuyo puerto conectaba con las Islas del Té y solía estar plagado de gente nueva. Quizá también por eso mismo, se le infiltraba tanta gente con tremenda facilidad.
—Imagino que habrá que registrar en la entrada a cada comerciante que quiera pasar... —No había más remedio. A no ser...—. ¿O tienes otra idea en mente, Shanise-dono? —preguntó, convencido de que ya tendría la idea perfectamente medida y estudiada.
Kenzou, experimentado y sabio como solo alguien de su edad podía serlo, desgranó rápidamente las problemáticas que podían surgir. Uno de ellos, los civiles. ¿Iban a tener que registrar a cada civil y comerciante que se adentraba en la Villa? Eso era una tarea titánica. Y seguramente todavía más en Uzu, cuyo puerto conectaba con las Islas del Té y solía estar plagado de gente nueva. Quizá también por eso mismo, se le infiltraba tanta gente con tremenda facilidad.
—Imagino que habrá que registrar en la entrada a cada comerciante que quiera pasar... —No había más remedio. A no ser...—. ¿O tienes otra idea en mente, Shanise-dono? —preguntó, convencido de que ya tendría la idea perfectamente medida y estudiada.