28/01/2019, 03:43
Aislado del hedor que despedían los pies de la rata, del frío y de todo lo que pudiera distraerle, Kaido sopesaba la información que le soltaba Comadreja con toda su atención, mientras se hacía una idea mental de lo que podía ser la prisión del Yermo, a raíz de las declaraciones del ex-preso. Una cárcel subterránea —no podía esperar menos, tratándose de aquel país—. que tenía tres niveles, cada uno preparado adecuadamente para distintas clase de cautivos. El primero, para los ladronzuelos de poca monta. El segundo, para usuarios del chakra que optaran por el camino de las fechorías. El tercero...
«Ahí debe estar él»
¿Cómo es que Kyutsuki no le había dicho nada de eso?
—Por la información de Takuya, Razaro ha de estar en el primer nivel —ya iba haciéndose la idea de que tendrían que sumergirse a lo más profundo de la prisión, primero que nada; y de salida recoger al ladronzuelo. Miró a Muñeca—. habrá que pillarlo de subida, después de... —torció la mirada hasta Comadreja—. ¿qué más?
«Ahí debe estar él»
¿Cómo es que Kyutsuki no le había dicho nada de eso?
—Por la información de Takuya, Razaro ha de estar en el primer nivel —ya iba haciéndose la idea de que tendrían que sumergirse a lo más profundo de la prisión, primero que nada; y de salida recoger al ladronzuelo. Miró a Muñeca—. habrá que pillarlo de subida, después de... —torció la mirada hasta Comadreja—. ¿qué más?