4/02/2019, 18:57
—¿¡PERO QUE MOSCO QUE TE PICÓ!? ¡AUH! ¡EN LA CARA NO MALDICIÓN!— Nada era peor, que lastimaran su hermosísimo rostro de bellaco. Se sobó la nariz, cerciorándose de que no hubiera sangre ni nada.
—JAJAJAJAJAJAJA— El Yotsuki al salir y verle la cara se carcajeó a más no poder. Ver el cambio de actitud del maleante era graciosísimo. En parte entendía lo doloroso que era para alguien vanidoso que atentaran contra su físico. "Yo estaría igual." y eso lo hacía aún más divertido.
—Puto loco— La cara se le enrojeció cómo un tomate manzano, conteniendo una gran cantidad de rabia. Quería darle su jodido merecido, pero ciertas esposas invisibles le impedían tal cosa. Oh sí, la libertad le había salido muy cara -aún la debía-. Perderla de nuevo era un lujo que no iba a darse, al menos no por ahora. Si debía arriesgarse, sería en otro momento. —Claro, por una vez que intento defender este estúpido pueblo y portarme bien con los demás, ¡y me pagan de esta forma! Ja, luego dicen que ayudar al prójimo es satisfactorio, la madre— Se ajustó de nuevo el sombrero. —Tienes suerte maldito eh, tienes suerte. Tengo cosas más importantes que hacer que lidiar contigo, niñato. ¡Humh!— Se dio finalmente la vuelta, caminando con pasos rápidos y pesados, mascullando algo ininteligible mientras se alejaba.
—JAJAJ, ay dios, su cara. ¿Lo viste? JAJAJAJAJAJA— tosió de tanta risa.
—JAJAJAJAJAJAJA— El Yotsuki al salir y verle la cara se carcajeó a más no poder. Ver el cambio de actitud del maleante era graciosísimo. En parte entendía lo doloroso que era para alguien vanidoso que atentaran contra su físico. "Yo estaría igual." y eso lo hacía aún más divertido.
—Puto loco— La cara se le enrojeció cómo un tomate manzano, conteniendo una gran cantidad de rabia. Quería darle su jodido merecido, pero ciertas esposas invisibles le impedían tal cosa. Oh sí, la libertad le había salido muy cara -aún la debía-. Perderla de nuevo era un lujo que no iba a darse, al menos no por ahora. Si debía arriesgarse, sería en otro momento. —Claro, por una vez que intento defender este estúpido pueblo y portarme bien con los demás, ¡y me pagan de esta forma! Ja, luego dicen que ayudar al prójimo es satisfactorio, la madre— Se ajustó de nuevo el sombrero. —Tienes suerte maldito eh, tienes suerte. Tengo cosas más importantes que hacer que lidiar contigo, niñato. ¡Humh!— Se dio finalmente la vuelta, caminando con pasos rápidos y pesados, mascullando algo ininteligible mientras se alejaba.
—JAJAJ, ay dios, su cara. ¿Lo viste? JAJAJAJAJAJA— tosió de tanta risa.