5/02/2019, 19:51
La Playa era un local con buen ambiente. Tenía música propicia para bailar. Tenía luces de colores en pleno movimiento. Tenía una larga barra donde el alcohol no paraba de servirse. Tenía a gente bien vestida, pija. No era demasiado grande, tan solo era de un piso, pero tenía todo lo que se le podía pedir a un sitio como aquel.
Kaido no tuvo mucho éxito en sus primeras noches. Buscar a Tokore era como buscar una aguja en un pajar. Había muchas mujeres con su descripción. Y, quizá, ni siquiera estaba allí los días que fue.
Un día, sentado a la barra, alcanzó a oír una conversación de lo más peculiar entre la música alta.
—No me jodas, tío. ¿Ya estás rebajándote a pagarle la bebida?
—Relájate, hermano. Esto… Esto forma parte de ligar, ¿comprendes? Ya me he enrollado con ella. Una copita por aquí, por allá… y esta noche va a ser gloriosa.
Eran dos hombres, de cabellos cortos y caras mundanas.
—Vale, lo que tú digas. Pero entonces deja de pedirme dinero, joder. Que siempre te ando prestando para apuros y luego te lo gastas en tías.
—¡Pues eso, un apuro, joder! —exclamó, divertido, cogiendo las dos copas que le sirvió la camarera tras pagar—. Y, además, no es una tía cualquiera. Se llama… Tokura —frunció el ceño—. O algo parecido. Venga, coño, y a ver si le entras tú también a alguna. No te me quedes como una momia, que nos conocemos, ¿eh?
Uno de ellos —el de las copas—, desapareció entre la pista de baile. El otro se quedó sentado en la barra, contemplando el panorama.
Kaido no tuvo mucho éxito en sus primeras noches. Buscar a Tokore era como buscar una aguja en un pajar. Había muchas mujeres con su descripción. Y, quizá, ni siquiera estaba allí los días que fue.
Un día, sentado a la barra, alcanzó a oír una conversación de lo más peculiar entre la música alta.
—No me jodas, tío. ¿Ya estás rebajándote a pagarle la bebida?
—Relájate, hermano. Esto… Esto forma parte de ligar, ¿comprendes? Ya me he enrollado con ella. Una copita por aquí, por allá… y esta noche va a ser gloriosa.
Eran dos hombres, de cabellos cortos y caras mundanas.
—Vale, lo que tú digas. Pero entonces deja de pedirme dinero, joder. Que siempre te ando prestando para apuros y luego te lo gastas en tías.
—¡Pues eso, un apuro, joder! —exclamó, divertido, cogiendo las dos copas que le sirvió la camarera tras pagar—. Y, además, no es una tía cualquiera. Se llama… Tokura —frunció el ceño—. O algo parecido. Venga, coño, y a ver si le entras tú también a alguna. No te me quedes como una momia, que nos conocemos, ¿eh?
Uno de ellos —el de las copas—, desapareció entre la pista de baile. El otro se quedó sentado en la barra, contemplando el panorama.
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado