5/02/2019, 21:58
—Habla con el señorito Utage, el dueño del hotel de la Calle Real. Te dará tú número que te certifica cómo participante, además de que ese será el punto de partida.
—Los Reisei siempre patrocinaron el festival, aunque con la reciente partida del buen Kawaraga a sido su hija pequeña Homura la que tomó las riendas del evento y los demás preparativos. Por mucho que los papeles digan una cosa, la actitud demuestra otra y siempre actúa como La Patrona de todos. No sólo del negocio sino del pueblo en general.
—Ella no sacó a Bandō por que sí, se llevan de la patada.
—Pero cuando se trata de negocios ella sabe donde rascar, así que habrán hecho sus diferencias al lado en pos de algo mejor. Mi hermano seguramente estaba desesperado por salir del calabozo y ella aprovechó eso para que seguramente compita y le de parte del dinero. No es tonta y sabe que ir con el mejor corredor es tener el dinero asegurado en el bolsillo. No me extrañaría que luego le meta una zancadilla para hundirlo de nuevo cuando ya no le sirva.
—Escuché por ahí que un jovencito forastero estuvo bailando con ella. ¡Ja! La mayoría de muchachos por aquí prefieren ir a tirarse de un barranco antes que terminar con una castración psicológica de su parte— Río a carcajadas.
—Hoy es kazeyōbi, la carrera toca este mismo tsuchiyōbi, tienes tres días hasta entonces. Aunque quién sabe y el estúpido de mi hermano cause un lío que viole los términos de su liberación.
—Los Reisei siempre patrocinaron el festival, aunque con la reciente partida del buen Kawaraga a sido su hija pequeña Homura la que tomó las riendas del evento y los demás preparativos. Por mucho que los papeles digan una cosa, la actitud demuestra otra y siempre actúa como La Patrona de todos. No sólo del negocio sino del pueblo en general.
—Ella no sacó a Bandō por que sí, se llevan de la patada.
—Pero cuando se trata de negocios ella sabe donde rascar, así que habrán hecho sus diferencias al lado en pos de algo mejor. Mi hermano seguramente estaba desesperado por salir del calabozo y ella aprovechó eso para que seguramente compita y le de parte del dinero. No es tonta y sabe que ir con el mejor corredor es tener el dinero asegurado en el bolsillo. No me extrañaría que luego le meta una zancadilla para hundirlo de nuevo cuando ya no le sirva.
—Escuché por ahí que un jovencito forastero estuvo bailando con ella. ¡Ja! La mayoría de muchachos por aquí prefieren ir a tirarse de un barranco antes que terminar con una castración psicológica de su parte— Río a carcajadas.
—Hoy es kazeyōbi, la carrera toca este mismo tsuchiyōbi, tienes tres días hasta entonces. Aunque quién sabe y el estúpido de mi hermano cause un lío que viole los términos de su liberación.