6/02/2019, 19:54
Las chicas cogieron la ropa con desesperación y se la repartieron, poniéndosela al instante. Siguieron a Eri hasta la sala central, donde estaba yo, sentado en la mesa al lado de un hacha tamaño humano. Al ver la sala llena de cadaveres y sangre, verme a mi, cubierto de sangre, con un arma capaz de partir un rinoceronte al lado, las prisioneras salieron por patas hacia la entrada principal intentando no vomitar.
— Hey. — saludé a Eri mientras me ponía de pie. — ¿Puedes sellarte el hacha? Estoy demasiado molido para cargarla.
Me acerqué un par de pasos a mi compañera cuando una sombra apareció tras ella, empuñando una de esas espadas viejas de los bandidos.
— ¡Eri! — grité a la par que saltaba sobre ella.
La plaqué, cayendo ambos al suelo al mismo tiempo que un perro negro saltaba por encima nuestro hacia el nuevo y asqueroso atacante. Apenas se le pudo ver, pues Stuffy le agarró una pierna con los dientes y lo arrastró pasillo adentro, pero se le escuchó gritar y lloriquear mientras maldecía a nuestra villa.
Me separé un poco de Eri para mirarla.
— ¿Estás bien?
— Hey. — saludé a Eri mientras me ponía de pie. — ¿Puedes sellarte el hacha? Estoy demasiado molido para cargarla.
Me acerqué un par de pasos a mi compañera cuando una sombra apareció tras ella, empuñando una de esas espadas viejas de los bandidos.
— ¡Eri! — grité a la par que saltaba sobre ella.
La plaqué, cayendo ambos al suelo al mismo tiempo que un perro negro saltaba por encima nuestro hacia el nuevo y asqueroso atacante. Apenas se le pudo ver, pues Stuffy le agarró una pierna con los dientes y lo arrastró pasillo adentro, pero se le escuchó gritar y lloriquear mientras maldecía a nuestra villa.
Me separé un poco de Eri para mirarla.
— ¿Estás bien?
—Nabi—
![[Imagen: 23uv4XH.gif]](https://i.imgur.com/23uv4XH.gif)