9/02/2019, 18:27
Dentro de la cueva era casi imposible decir la hora exacta, una vez fuera podía decirse que era de noche, pero poco más. Sin embargo, al llegar a la ciudad y verlo todo cerrado y las luces apagadas, estaba claro que ya era muy tarde, o muy pronto, dependiendo de qué considerase cada uno. Objetivamente, era la madrugada. Solo las posadas y los bares de alterne estaban abiertos a esas horas.
Al llegar a la puerta de la herrería, solo nos recibiría el silencio. Un silencio espectral que emanaba de todo aquello que no emitía ningún sonido, de las rocas del pavimentado, del cielo oscuro e incluso de la luna, que brillaba por encima de nuestras cabezas.
— ¿Estás segura de que es buena idea asaltarlos de madrugada cubiertos de sangre?
Porque ambos seguíamos cubiertos de sangre, puede que yo ligeramente más, pero Eri lo camuflaba con sus ropas carmesíes.
Al llegar a la puerta de la herrería, solo nos recibiría el silencio. Un silencio espectral que emanaba de todo aquello que no emitía ningún sonido, de las rocas del pavimentado, del cielo oscuro e incluso de la luna, que brillaba por encima de nuestras cabezas.
— ¿Estás segura de que es buena idea asaltarlos de madrugada cubiertos de sangre?
Porque ambos seguíamos cubiertos de sangre, puede que yo ligeramente más, pero Eri lo camuflaba con sus ropas carmesíes.
—Nabi—