9/02/2019, 23:17
Finalmente, tras otra hora extra de espera; la mujer salió acompañada de... otras mujeres. Ni rastro del tipo que la pretendía.
Kaido rió, complacido, aunque contrariado con que tal vez él también se hubiera encontrado con el mismo fatídico final de aquel soldado caído: debiéndole unos cuantos pavos a su colega, y con los cojones azules cargados hasta el tope. Una noche totalmente improductiva desde su punto de vista.
Pero para el escualo era todo lo contrario. La paciencia le llevó finalmente hasta la motada de Tokore, un apartamento ubicado en el tercer piso.
El gyojin aguardó a que ésta se adentrara y echó un vistazo a la terraza. De si había una puerta. De si daba a la habitación, o a la sala. Detalles. Detalles que iban a servirle para su infiltración.
Kaido rió, complacido, aunque contrariado con que tal vez él también se hubiera encontrado con el mismo fatídico final de aquel soldado caído: debiéndole unos cuantos pavos a su colega, y con los cojones azules cargados hasta el tope. Una noche totalmente improductiva desde su punto de vista.
Pero para el escualo era todo lo contrario. La paciencia le llevó finalmente hasta la motada de Tokore, un apartamento ubicado en el tercer piso.
El gyojin aguardó a que ésta se adentrara y echó un vistazo a la terraza. De si había una puerta. De si daba a la habitación, o a la sala. Detalles. Detalles que iban a servirle para su infiltración.