10/02/2019, 14:05
—Entiendo que no quieras hablar de Datsue, pero entenderás tú también que considere extraño ese afán por ignorar lo que pasó entre vosotros. Ahora mismo deberíais trabajar por solucionarlo, en vez de dejar una rencilla de semejante calibre abierta —dijo Nabi.
Y Ayame entrecerró los ojos en una clara señal de "no estás yendo por buen camino". Como kunoichi de Amegakure al servicio de la Alianza, haría cuanto estuviera en su mano por proteger a Uchiha Datsue de los Generales. Tal y como se le había ordenado. Pero nada más. Nadie podía exigirle que mañana mismo le invitara a una taza de té y rieran juntos de las viejas rencillas. Puede que Nabi hubiera pillado el significado de aquella mirada o no, pero añadió:
—Pero no digo nada más sobre eso.
Y ella relajó la postura de su cuerpo, conforme.
—Hablemos de Eri —continuó, llamando poderosamente a su curiosidad—. La verdad es que ella te defiende a muerte, mucho más de lo que hubiera defendido a Datsue o a mí. Tal vez a Stuffy sí lo defendería hasta esos extremos.
«¿Lo... lo hace?» Se preguntó ella, súbitamente emocionada.
—Lo que quiero saber es si tú la defenderías a ella con la misma intensidad. Solo por curiosidad. Yo también tengo amigos fuera de la villa y dudo que ellos me consideren ni una cuarta parte de lo que te considera Eri a ti.
—¡Por supuesto que lo haría! —exclamó, sin pensarlo dos veces. De hecho, ya lo había hecho, y había tenido que enfrentarse a la irascibilidad de Daruu con respecto a los Uzujines por ello—. Eri-chan y yo nos hemos visto varias veces, y es la mejor amiga que podría tener.
Y Ayame entrecerró los ojos en una clara señal de "no estás yendo por buen camino". Como kunoichi de Amegakure al servicio de la Alianza, haría cuanto estuviera en su mano por proteger a Uchiha Datsue de los Generales. Tal y como se le había ordenado. Pero nada más. Nadie podía exigirle que mañana mismo le invitara a una taza de té y rieran juntos de las viejas rencillas. Puede que Nabi hubiera pillado el significado de aquella mirada o no, pero añadió:
—Pero no digo nada más sobre eso.
Y ella relajó la postura de su cuerpo, conforme.
—Hablemos de Eri —continuó, llamando poderosamente a su curiosidad—. La verdad es que ella te defiende a muerte, mucho más de lo que hubiera defendido a Datsue o a mí. Tal vez a Stuffy sí lo defendería hasta esos extremos.
«¿Lo... lo hace?» Se preguntó ella, súbitamente emocionada.
—Lo que quiero saber es si tú la defenderías a ella con la misma intensidad. Solo por curiosidad. Yo también tengo amigos fuera de la villa y dudo que ellos me consideren ni una cuarta parte de lo que te considera Eri a ti.
—¡Por supuesto que lo haría! —exclamó, sin pensarlo dos veces. De hecho, ya lo había hecho, y había tenido que enfrentarse a la irascibilidad de Daruu con respecto a los Uzujines por ello—. Eri-chan y yo nos hemos visto varias veces, y es la mejor amiga que podría tener.