10/02/2019, 20:54
Las horas pasarían, el sol se ocultaría lentamente sobre el oeste, con las nubes sirviéndole de camuflaje, decorando el cielo con una extraña mezcla de naranjas y morados. Así, la luna saldría nuevamente a desfilar con su séquito de estrellas acompañándole como los niños que siguen a su maestra en una excursión. Abajo, la pianola sin pianista, sonando cómo si un fantasma estuviese al mando. Cabe decir que había mucha más gente, pues la conmoción había pasado y la rutina poco a poco volvía a su alegría habitual.
Normalmente el Yotsuki estaría abajo en la misma mesa de siempre, pero esta vez no estaba asomado por ningún lado. ¿Donde se habría metido? De todas formas, aquello no importaba al Uchiha.
Sin embargo, el que sí se encontraba en aquel lugar era el enfermero, con la mesera de lentes a la par de su mesa, riéndose mientras el rubor se apoderaba de sus inocentes mejillas. Incluso, algunas otras jovencitas e incluso señoras mostraban algo de celos con la cuatro ojos.
Normalmente el Yotsuki estaría abajo en la misma mesa de siempre, pero esta vez no estaba asomado por ningún lado. ¿Donde se habría metido? De todas formas, aquello no importaba al Uchiha.
Sin embargo, el que sí se encontraba en aquel lugar era el enfermero, con la mesera de lentes a la par de su mesa, riéndose mientras el rubor se apoderaba de sus inocentes mejillas. Incluso, algunas otras jovencitas e incluso señoras mostraban algo de celos con la cuatro ojos.