10/02/2019, 23:39
—S-sí. Ese soy yo. No te preocupes por el golpe, ha sido fallo de los dos. ¿Te has hecho daño? —dijo él, confirmándolo. El muchacho se frotó la cabeza y echó un vistazo a su siniestra marioneta. La verdad es que esos trastos a Daruu siempre le habían dado repelús, y no sabía muy bien por qué.
—No, tranquilo. ¡Ch! Ayayayay... —Sin embargo, también se acarició la frente. La verdad es que había sido un buen, buen topetazo.
—¡Yo también sé tu nombre! —exclamó Juro, dando una feliz palmada que le recordó a la actitud saltarina y despreocupada de Ayame por un segundo—. Te llamas Daruu, ¿verdad? Estuviste en el chunin también.
—¡Sí! —Daruu sonrió, alegrándose de que su primer contacto con un extranjero en mucho tiempo le pusiera las cosas fáciles. Aquél parecía un chaval majo. Claro que Uchiha Datsue también lo había parecido... «Alianza, Daruu. Alianza» —Se tuvo que recordar. Aquél desafortunado incidente en Uzushiogakure le había obligado a levantar unas barreras que le perseguirían durante un tiempo, muy a su pesar, y muy al pesar de Kori-sensei, que más experimentado que él, ya había tratado de normalizar los problemas diplómaticos como cosas que vienen y van y tendría que experimentar muchas veces. Pero ahora estaban bien. Estaban bien—. Sí. Amedama Daruu, encantado de conocerte, Juro-san. —Extendió la mano para estrechársela—. Aunque en menudas circunstancias, si me lo permites señalar. —Observó a izquierda y derecha, sonriendo, y se encogió de hombros—. Menudo azar que nos encontrásemos aquí... en medio de la nada.
—No, tranquilo. ¡Ch! Ayayayay... —Sin embargo, también se acarició la frente. La verdad es que había sido un buen, buen topetazo.
—¡Yo también sé tu nombre! —exclamó Juro, dando una feliz palmada que le recordó a la actitud saltarina y despreocupada de Ayame por un segundo—. Te llamas Daruu, ¿verdad? Estuviste en el chunin también.
—¡Sí! —Daruu sonrió, alegrándose de que su primer contacto con un extranjero en mucho tiempo le pusiera las cosas fáciles. Aquél parecía un chaval majo. Claro que Uchiha Datsue también lo había parecido... «Alianza, Daruu. Alianza» —Se tuvo que recordar. Aquél desafortunado incidente en Uzushiogakure le había obligado a levantar unas barreras que le perseguirían durante un tiempo, muy a su pesar, y muy al pesar de Kori-sensei, que más experimentado que él, ya había tratado de normalizar los problemas diplómaticos como cosas que vienen y van y tendría que experimentar muchas veces. Pero ahora estaban bien. Estaban bien—. Sí. Amedama Daruu, encantado de conocerte, Juro-san. —Extendió la mano para estrechársela—. Aunque en menudas circunstancias, si me lo permites señalar. —Observó a izquierda y derecha, sonriendo, y se encogió de hombros—. Menudo azar que nos encontrásemos aquí... en medio de la nada.