11/02/2019, 20:27
—Tú.
En un principio no pensó que aquello fuese dirigido hacia ella, aunque la voz le resultaba terriblemente familiar, hasta que también pronunció su nombre.
—Uzumaki... Eri.
La muchacha se giró hacia la fuente de la voz, encontrándose con Amedama Daruu. No se había podido olvidar del chico, aunque ahora estaba algo cambiado y si hubiese estado con la capucha echada le hubiera costado algo de tiempo reconocer de quién se trataba, pero ahí estaba, Daruu, a quien le debía ciertas disculpas, no como a cierto personaje azulado que le había echado en cara cosas que ni si quiera iban con él.
—Buenos días, Daruu-san —saludó la chica justo cuando lo miró directamente a los ojos, luego inclinó la cabeza hacia delante de manera cordial. Aunque para la sorpresa de los presentes en esa calle, no se quedó ahí el asunto, sino que se arrodilló y terminó pegando la frente sobre sus manos, apoyadas sobre el suelo—. Perdóname por lo que ocurrió en el examen de Chuunin, por favor.
En un principio no pensó que aquello fuese dirigido hacia ella, aunque la voz le resultaba terriblemente familiar, hasta que también pronunció su nombre.
—Uzumaki... Eri.
La muchacha se giró hacia la fuente de la voz, encontrándose con Amedama Daruu. No se había podido olvidar del chico, aunque ahora estaba algo cambiado y si hubiese estado con la capucha echada le hubiera costado algo de tiempo reconocer de quién se trataba, pero ahí estaba, Daruu, a quien le debía ciertas disculpas, no como a cierto personaje azulado que le había echado en cara cosas que ni si quiera iban con él.
—Buenos días, Daruu-san —saludó la chica justo cuando lo miró directamente a los ojos, luego inclinó la cabeza hacia delante de manera cordial. Aunque para la sorpresa de los presentes en esa calle, no se quedó ahí el asunto, sino que se arrodilló y terminó pegando la frente sobre sus manos, apoyadas sobre el suelo—. Perdóname por lo que ocurrió en el examen de Chuunin, por favor.