11/02/2019, 23:36
Juro sonrió ante el comportamiento de Daruu. Afortunadamente, parecía haberse encontrado con una persona (fuera amejin o no, se repitió) bastante amable. Al menos, en apariencia.
«Siempre es mejor que haberte encontrado con un general » — Ahora mismo, se preguntó si aquel chico sería consciente de la posición de Juro. No sabía cómo ni de qué modo las noticias habían volado, ni con qué rapidez. Aun así, no le gustaba escudarse en ese hecho para sentirse más seguro o no.
Sí. Amedama Daruu, encantado de conocerte, Juro-san.
— ¡Lo mismo digo! — Juro le devolvió el apretón de manos, y reflejó la misma sonrisa, feliz incluso de que todo fuera bien.
Amedama Daruu mencionó las circunstancias en las que se habían encontrado. Juro observó la explanada totalmente vacía, y tuvo que asentir. Se preguntó para sus adentros si el chico también se habría perdido como él, o si quizá estaba de paso hacia algún lugar del País del Bosque. Él (si sus conceptos de orientación ya de por sí dañados no le mentían) iba en dirección hacia su país después de todo.
— Menudo azar que nos encontrásemos aquí... en medio de la nada.
— Desde luego. No mucha gente viene aquí, y si lo hacen, suelen marcharse pronto. Se podría decir que es un lugar de tránsito — señaló Juro. Después, el chico se rascó levemente la nuca —. No hay tazas de té, ni mesas, ni un sitio caliente para sentarse. Pero al menos es un lugar tranquilo.
» No quiero ser indiscreto, así que no voy a preguntarte a dónde te diriges. Pero supongo que llevas ya un rato viajando, y más si vienes del País de la Tormenta. ¿Te apetece descansar un rato y conversar? — sugirió Juro, consciente de que, si bien él lo veía como algo tan natural como hablar, podía sonar raro dicho así. La verdad es que estaba un poco preocupado por el golpe, y quería asegurarse de que Daruu se encontraba bien.
«Siempre es mejor que haberte encontrado con un general » — Ahora mismo, se preguntó si aquel chico sería consciente de la posición de Juro. No sabía cómo ni de qué modo las noticias habían volado, ni con qué rapidez. Aun así, no le gustaba escudarse en ese hecho para sentirse más seguro o no.
Sí. Amedama Daruu, encantado de conocerte, Juro-san.
— ¡Lo mismo digo! — Juro le devolvió el apretón de manos, y reflejó la misma sonrisa, feliz incluso de que todo fuera bien.
Amedama Daruu mencionó las circunstancias en las que se habían encontrado. Juro observó la explanada totalmente vacía, y tuvo que asentir. Se preguntó para sus adentros si el chico también se habría perdido como él, o si quizá estaba de paso hacia algún lugar del País del Bosque. Él (si sus conceptos de orientación ya de por sí dañados no le mentían) iba en dirección hacia su país después de todo.
— Menudo azar que nos encontrásemos aquí... en medio de la nada.
— Desde luego. No mucha gente viene aquí, y si lo hacen, suelen marcharse pronto. Se podría decir que es un lugar de tránsito — señaló Juro. Después, el chico se rascó levemente la nuca —. No hay tazas de té, ni mesas, ni un sitio caliente para sentarse. Pero al menos es un lugar tranquilo.
» No quiero ser indiscreto, así que no voy a preguntarte a dónde te diriges. Pero supongo que llevas ya un rato viajando, y más si vienes del País de la Tormenta. ¿Te apetece descansar un rato y conversar? — sugirió Juro, consciente de que, si bien él lo veía como algo tan natural como hablar, podía sonar raro dicho así. La verdad es que estaba un poco preocupado por el golpe, y quería asegurarse de que Daruu se encontraba bien.
Hablo / Pienso
Avatar hecho por la increible Eri-sama.
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Sellos implantados: Hermandad intrepida
- Juro y Datsue : Aliento nevado, 218. Poder:60